Da lástima la iniciativa de dos legisladores de la desprestigiada Asamblea que piden que se haga una protocolaria y supuestamente necesaria censura a los medios de comunicación social. Otra vez, se acusa a los comunicadores, en especial de televisión y de prensa gráfica, por promover los antivalores en la sociedad, de que la violencia y los temas denigrantes afectan a la educación de los jóvenes panameños.
Bueno, les recuerdo a los promotores de semejante propuesta que la Asamblea Legislativa actual es la entidad con menos derecho de hablar de decencia, habiendo el peor caso de corrupción desmedida de nuestra historia patria, con el caso CEMIS y las declaraciones de Carlos “Tito” Afú, sobre el soborno parlamentario.
¿Cómo se puede hablar de censura a los medios a pocos meses de las elecciones presidenciales del 2 de mayo de 2004? ¿Será acaso que los diputados proponentes, al mejor estilo de Sansón que muera con los filisteos, pretenden inmolarse ante su impopularidad en sus circuitos y busquen dejar a la posteridad una ley que se vengue de los medios de prensa, radio y TV que les han descubierto que son políticos impopulares en sus comunidades?
A poco de conmemorar el Día del Periodista, vale la pena recordar también que los mensajeros de las buenas (y malas) nuevas son parte integral de la sociedad panameña.
Los comunicadores sociales han sido víctimas de la persecución de los gobernantes. Muchos periodistas han sido acusados e incriminados durante su trabajo investigativo, incluso recibido insultos de los ministros, políticos y demás personas non gratas. Y lo peor, hay algunos presos y en vecinos países otros han muerto en momentos de cumplir la loable misión de informar a la comunidad sobre los hechos que ocurren diariamente.
Ojalá la propuesta no salga del primer debate. Esperemos que tenga incluso consultas más amplias con la comunidad, pues censurar a los medios es como vendarle los ojos, taparle los oídos y cerrarle la boca al ciudadano, que tiene derecho a conocer la verdad. |