Verdaderamente hay quienes piensan que existen personas de primera y otros de segunda categoría. Esta manera de ver la vida les lleva a discriminar, y tratan a algunos de quienes les rodean como si fueran basura, les niegan el derecho a opinar, y se la pasan criticando sus estilos de vida. Piensan que los otros, quienes están en un escalón encima de aquellos, sí se merecen sus atenciones y su buena voluntad. Así como dividen a los grupos humanos, dividen las etnias y las razas, y piensan que hay sociedades que sí valen, y otras que no.
Si fuera que únicamente personas comunes y corrientes fueran las que tuvieran esta actitud no fuera nada. Lo malo es que hay políticos poderosos, esos que toman decisiones y dirigen la opinión pública a su antojo, quienes también piensan igual y llevan su manera de ver la vida a sus despachos. Entonces la política asume características discriminatorias, y se acepta a unos mientras se rechaza a otros.
¿Creen los lectores que alguna vez habrá un Papa negro, o chino o latino? Tal vez. Pero durante muchos años la discriminación también ha llegado a los terrenos de la iglesia, donde también hay personas de primer nivel, y otras de segundo. Muy poco de eso ha cambiado. El día que todos seamos otros, y mejoremos esta forma de conducirnos, tendremos un mejor país. |