Los frutos secos tienen entre nosotros un consumo muy marcado como aperitivo, pero sabiéndolos utilizar podemos dar un toque diferente a nuestras salsa o ensaladas.
En el mercado encontramos avellanas con cáscara, descascarada, entera, pelada o sin pelar, troceada y molida. Para su conservación debemos de aislar las avellanas de la humedad y conservarlas en un tarro de cristal, en un lugar fresco y sin luz.
Su consumo habitualmente es como aperitivo, pero tiene otros usos. La avellana tostada y troceada se utiliza para la elaboración de helados, turrones, chocolates, así como en repostería en general. Otra de las utilidades más conocidas de este fruto seco es elaborar licor de avellanas. En la cocina su uso más habitual es para la elaboración de salsas frías. |