¿Es realmente el Paralacen un organismo inoperante como muchos observadores políticos locales la han calificado, y que se han constituido en sus furibundos detractores ya sea porque no disfrutan de sus beneficios o sencillamente porque la entidad no rinde ningún beneficio para lo cual fue generada?
Lo cierto es que hasta ahora, nadie, absolutamente nadie, ha podido mencionar alguna labor que haya sido en beneficio hacia la región para la cual fue instituida. En ese sentido, podemos mencionar que nuestro país, en algunos renglones comerciales, ha confrontado problemas con otras naciones del área, y jamás el bendito y mencionado Parlacen ha intervenido para mediar o solucionar algún problema surgido.
Quizás estemos pecando de ignorantes y desconozcamos en sí la esencia del llamado parlamento, y realmente cuál ha sido la labor ejecutada por este hemiciclo centroamericano, del que Panamá está a punto de cumplir su promesa de desligarse.
Si fuésemos integrantes del Parlacen, y estuviéramos viendo que nuestro gobierno ha tomado la decisión de desligarse del organismo por cualquier circunstancia lo cual atentaría contra mis intereses, ya estaríamos utilizando pruebas en mano del beneficio que hemos recibido para la Nación, a través de la ejecutoria del organismo en mención. Pero esto nadie lo ha hecho. La pregunta es: ¿Por qué?
La percepción que se tiene del Parlacen es que esta entidad la utilizan algunas figuras políticas, cuyas ejecutorias durante sus mandatos han sido cuestionadas, y deben rendir cuentas sobre sus enriquecimientos ilícitos y se escudan a través de sus leyes, para evitar el llamamiento de la justicia.
El Parlacen para los panameños pronto dejará de ser una pesadilla que nunca cumplió con sus propósitos, y todos aquellos que se beneficiaron de alguna u otra forma deberán rendir cuentas a las autoridades para conocer qué hicieron y su complicidad por pertenecer a una entidad realmente inoperante y sin beneficios. Así se estaría haciendo Patria.
