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CRIMENES FAMOSOS
El asesino de las vías eludió su captura una y otra vez

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Max Haines

Angel Resendez era amable y gentil con su concubina Julieta, era un padre amoroso con su pequeña hija Liria y un ciudadano decente y respetuoso de la ley en Rodeo, México. Es también acusado de ser un malvado asesino en serie.

Angel nació en los barrios bajos de Izucar de Matamoros, México. Su padre abandonó a la madre de Angel antes que él naciera. La vida era dura. La familia Resendez vivía en una casucha de un solo cuarto sin agua corriente ni comodidades sanitarias.

Tan pronto como pudo caminar, Angel aprendió a robar frutas de los patios traseros y tiendas locales. Antes de los 10, él y sus amigos descubrieron que era muy divertido saltar dentro de los trenes de carga y así viajar gratis. Para cuando tenía 12, a menudo desaparecía durante días, para dar vuelta en los trenes. Poco después que la madre de Angel se casara por segunda vez y se mudara a Ciudad Juárez cerca de la frontera con los Estados Unidos, Angel escapó. Durante un año anduvo por las vías, con muy poco para vivir. Era excitante, pero había muchas dificultades. Angel, que medía sólo 1.65 metros de altura, fue sexualmente atacado por un grupo de muchachos. Fue una experiencia que nunca olvidaría.

Angel volvió a Ciudad Juárez para visitar a su madre. Aquí observó la buena vida que disfrutaban los americanos justo a través del río Grande en El Paso. Todavía le gustaba trepar a los trenes cargueros. Una vez viajó hasta Michigan, donde fue atrapado por la policía. Angel dio un nombre falso a las autoridades y fue devuelto a México. Fue una lección importante. En años futuros, cuando era capturado al cruzar la frontera por policías locales de Estados Unidos lo peor que le sucedió fue ser devuelto a México.

Con el paso de los años, Angel descubrió que viajar en los trenes podía proveerlo de una entrada. Elegía una casa cerca de las vías en alguna ciudad pequeña, saltaba del tren, corría hasta la casa, abría con una ganzúa y robaba cuanto podía cargar. Algunas veces subía al mismo tren que había dejado. Otras veces trepaba al carguero siguiente. Pronto Angel tenía el sistema perfeccionado. Trataba de robar sólo en casas desocupadas.

Para 1979, cuando Angel tenía 18 años, era un ladrón consumado. Para cuando sus robos eran descubiertos, él estaba a kilómetros de distancia. En julio de ese año entró en una casa en un suburbio de Miami. La mujer de la casa se despertó y luchó a brazo partido con él. Fue condenado por robo y asalto agravado y sentenciado a 20 años en la Prisión del Estado de Florida.

Después de cumplir seis años en la dura prisión, fue liberado bajo palabra y deportado a México. Continuó su vida de crimen como si nunca la hubiera interrumpido.

Siempre desaparecía en el aire, al saltar a un tren carguero después de haber cometido un robo. Cuando era aprehendido y encarcelado por cortos períodos, era lo suficientemente astuto como para dar nombres falsos.

UN LUGAR IDEAL

Angel continuaba trepando a los cargueros y robando en las casas cercanas a las vías del ferrocarril. De paso, se había convertido en adicto al alcohol y a las drogas. En alguna parte en lo profundo de sus entrañas, no quería volver a la cárcel. Intentó buscar una vida más honesta que la que estaba llevando. La pequeña ciudad del Rodeo era el lugar ideal. Nadie lo conocía. Era una comunidad aislada, perfecta para un hombre con un pasado que quería un futuro mejor.

Angel consiguió un empleo para enseñar inglés en la escuela de un convento. Las monjas adoraban al educado y agradable maestro, pero la vida estable no iba a durar mucho. Angel trepó a un carguero y fue hasta St. Louis, donde fue arrestado durante un robo.

En noviembre de 1988, bajo el nombre de Resendez-Ramírez fue condenado por una serie impresionante de delitos y sentenciado a 30 meses de prisión, más tiempo extra por haber violado la libertad de palabra condicional. Tres años más tarde fue liberado y deportado.

Durante los próximos cuatro años, Angel se dedicó a una vida de delitos. A menudo era apresado y sentenciado a cortos períodos de prisión.

En 1995, en una visita a Rodeo, conoció a Julieta Domínguez Reyes. Empezaron a salir, se enamoraron y compartieron un hogar juntos. Julieta, que no sabía nada del pasado de Angel, se acostumbró a las ausencias de su marido, ostensiblemente para comprar mercaderías baratas en los Estados Unidos y venderlas con ganancias en México. Ella no tenía idea que las "mercaderías baratas" de Angel procedían de sus robos.

El 29 de agosto de 1997, se dice que Angel Resendez cambió de ladrón a un malvado asesino.

Christopher Maier, de 22 años, y su novia estaban caminando a lo largo de las vías del ferrocarril en Lexington, Kentucky, cuando repentinamente apareció un hombre desde las vías que les exigió dinero. Cuando Christopher le dijo que no tenía ninguno, el hombre, más tarde identificado como Angel, se enojó.

El hombre ató a la pareja, y golpeó a Christopher en la cabeza hasta matarlo. Luego perversamente le pegó con el puño a la muchacha, rompiéndole la mandíbula y la cuenca de un ojo. Ella se desmayó y fue violada. Era obvio que el atacante creía que había matado a ambas víctimas. La mujer sobrevivió, pero hacía mucho que su atacante se había ido.

En el otoño de 1998, Julieta le contó a Angel que estaba embarazada. El quedó extasiado. Dos días más tarde, saltó a un carguero y se encontró en la pequeña ciudad de Texas de Hughes Spring. Supuestamente entró a la casa por la fuerza y golpeó con algo contundente a Leafie Mason, de 87 años, hasta matarlo antes de registrar toda la casa en busca de joyas y dinero. Luego se sentó y comió opíparamente.

El 17 de diciembre de 1998, mientras los buenos ciudadanos de Texas se estaban preparando para Navidad, se dice que Angel forzó la entrada a una casa en el suburbio de Houston de West University Place.

La casa estaba vacía, pero mientras el intruso recogía el dinero y las joyas, la Dra. Claudia Benton llegó a la casa. Fue apuñalada varias veces y golpeada salvajemente hasta morir. Luego fue violada. El asesino se alejó en el Jeep Cherokee de la doctora, el cual fue encontrado abandonado dos días más tarde en San Antonio.

Esta vez, Angel dejó huellas digitales en el jeep. Sin que él lo supiera fue emitida una orden de arresto en su contra.

De vuelta en Rodeo, Julieta le regaló a Angel una hermosa niña bebé, a la que la pareja llamó Liria. Inconsciente de que era buscado por la policía, Angel una vez más enderezó hacia el norte dentro de los Estados Unidos.

El 30 de abril de 1999, supuestamente atacó y mató al reverendo Norman Sirnic y a su esposa Karen, con un mazo, en su casa cerca de las vías del ferrocarril. Después de saquear la casa, el asesino partió rápidamente en la camioneta Mazda 1998 de la pareja.

El 2 de junio, Angel fue aprehendido por la patrulla fronteriza mientras intentaba deslizarse a México desde El Paso. A pesar de la orden de arresto y la información sobre él en la Red de las agencias de seguridad de Texas, Angel fue inexplicamente liberado, para vergüenza del Departamento de Justicia más tarde.

Un día después, en junio 3, la maestra Noemí Domínguez fue atacada en su apartamento de Houston. Con el fondo del traqueteo de los trenes cercanos que pasaban, Angel mató a Noemí golpeándola con una cachiporra.

Una hora después, el asesino partió con el Honda Civic de su víctima. Mientras conducía, vio una casa posible de robar. Adentro estaba Josephine Konvicka, de 73 años.

Fue asesinada con una herramienta de jardín mientras dormía.

Los investigadores encontraron suficiente evidencia forense en la casa para conectar el crimen con Angel Resendez-Ramírez.

Cuando se enteraron que Angel había sido detenido y liberado y era ahora sospechoso de haber tomado dos vidas en dos días, se corrió la voz de que un terrible asesino en serie estaba en acción, y que mataba especialmente a aquellos en las proximidades de las vías ferroviarias.

El 12 de junio, el Honda de Noemí fue encontrado abandonado en San Antonio al lado de las vías. Un cuchillo ensangrentado estaba en el asiento delantero.

Angel volvió a Rodeo. Julieta y la pequeña Liria estaban emocionadas de verlo, especialmente porque traía tantas joyas y dinero. Su último viaje había sido extremadamente provechoso.

UNA FUERZA ESPECIAL

Ese mismo mes, sin que Angel lo supiera, el FBI estableció una fuerza especial para atrapar al hombre conocido como el "Asesino de las vías". Angel era ahora el No. 1 en la lista del FBI de "Los 10 más buscados". Se ofreció una recompensa de 125.000 dólares por su captura.

En Rodeo, todo el mundo gustaba de Angel. Parecía ser un buen hombre de familia. Exitoso en los negocios, además. Un día Angel abrió un periódico mejicano y quedó impactado al verse a sí mismo descrito como el "Asesino de las vías".

Escapó justo antes que los guardias de Texas cayeran sobre Rodeo. Julieta no podía creer que Angel fuera un asesino en serie. Devolvió todos sus regalos de joyería, al darse cuenta por primera vez que provenían de sus víctimas.

Mientras tanto, Angel estaba viajando en los ferrocarriles de Estados Unidos. El 15 de junio, en Gorham, Illinois, supuestamente asesinó a George Morber, de 80 años, y a su hija Carolyn Frederick, de 52, en una casa rodante cerca de las vías.

Después del doble asesinato, se preparó una comida y se alejó en la pickup Chevrolet de George.

RENDICION

Los guardias de Texas comprendieron que el único modo de aprehender al hombre sospechoso de ser el elusivo "Asesino de las vías" era convencer a la familia de que debía rendirse.

Los agentes pasaron semanas en conversación con la hermana de Angel, Manuela Marturino. Después que ella habló sobe el asunto con Angel, él estuvo de acuerdo en rendirse si le garantizaban un tratamiento humano, protección y visitas de la familia. Las autoridades aceptaron todas sus demandas.

El 13 de julio de 1999, Angel caminó lentamente hacia el centro del puente Yselta sobre el río Grande donde fue recibido por los guardias de Texas. El reinado del terror había terminado.

Angel Resendez todavía debe ser sometido a juicio.

 

 

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Angel Resendez todavía debe ser sometido a juicio.

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