TEMAS DE ACTUALIDAD
¡Egoístas!

Raymundo A. Moore W.
"El hombre superior es cortés, pero no rastrero; el hombre vulgar es rastrero, pero no cortés...". (Confucio) Después, cuando les cae la teja, levantan la vista, preguntándole a Dios: ¿porqué a mí, Señor?" Lo anterior se lo dije a una pasajera que viajaba a mi lado en un autobús, que se negaba a compartir buenamente conmigo el asiento que ocupaba, prefiriendo que un paquete de su pertenencia "viajara" más cómodo que yo, tal era su egoísmo. ¿Le ha pasado algo similar alguna vez, amable lector? Sé que no son todos, pero no es infrecuente ver dentro de los buses, episodios como el que se menciona más arriba; usuarios que, por un lado le exigen al conductor -con todo derecho- las atenciones que todos nos merecemos, pero cuando les toca devolver la moneda, como dicen en el "Reflector de los Barrios", ¡ay papá!, enseguida sale a relucir el cobre de que está hecha esa gente que exigen, pero que no conceden nada... son más groseras e irrespetuosas que el mismo conductor. En verdad, cada quien es dueño de sus actos, pero me parece que cuando de cortesía, solidaridad y cultura se trata, sale sobrando, por elemental, aquello de compartir las cosas comunes de que nadie es dueño, pero al que, por regla general, todos tenemos derecho, como lo son, por ejemplo, los asientos de un bus. Es más, si se trata de esos asientos que son "para tres personas", frecuentemente se nota que el tercer pasajero tiene que prácticamente rogar por el espacio vacante.... tal es el egoísmo de los ocupantes que "ni por la mona" se dignan correrse voluntariamente. Soy de la opinión -siempre ha sido mi posición- que para exigir derechos, primero tenemos que atender nuestros deberes, y uno de esos deberes es, precisamente, comportarnos en público como ciudadanos educados y bien formados. Los tiempos del "no fitin" hace tiempo que debió haber quedado atrás cuando éramos estudiantes de primaria; hoy, sin embargo, conscientes de nuestros deberes y derechos, es inaceptable que un adulto no quiera -sienta que no debe- compartir, en el caso que nos ocupa, un puesto disponible, al lado suyo, actitud esta harto infantil, propio de niños de primaria. De modo que, la próxima vez que viajes como pasajero en un bus, en vez de abrir tus piernas en un acto egoísta para impedir que otro se siente, recuerda esto: "Ningún otro estado de ánimo nos llena de felicidad, que el de notar que podemos hacer algo por los demás..." (D. Bonhoeffer). Finalmente, recuerda que el egoísmo es un pecado, y si te jactas de ser un cristiano, pues, deja de ser egoísta y, ¡cierra los catres! ¡Au Revoir!
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