|
REFLEXIONES
Panamá, 96 años de independencia
Carlos Christian Sánchez C.
Crítica en Línea
Dentro de pocos días, la República de Panamá se transformará en una nación completamente soberana. Pero su Independencia ocurrió un 3 de noviembre de 1903, cuando un grupo de panameños ilustres decidió que era el momento propicio para separar nuestra forzada relación con los hermanos de la vecina Colombia. Una relación que duró 82 años. Muchos no comprenden el significado de la Independencia de 1903. Es cierto que fuimos luego sometidos a otra situación indecorosa, con el humillante Tratado Hay-Bunau Varilla, el establecimiento de un protectorado norteamericano en las riberas del Canal Interoceánico, aparte de las constantes intervenciones militares de la potencia norteña en nuestro suelo, aludiendo la Doctrina Monroe u otras hierbas aromáticas. Sin embargo, Panamá tiene una identidad nacional propia que proviene siglos atrás del mismo 3 de noviembre. En el Istmo, hubo grandes hombres que soñaron con una Patria libre, de igualdades sociales, sin esclavitud u opresión colonial. Desde que llegaron los españoles al Istmo en 1501, nace esa lucha generacional del pueblo panameño para conformar un Estado-Nación. El indio Urracá peleó contra las tropas imperiales españolas en las tierras de Veraguas. Felipillo y Bayano, esclavos africanos traídos al Istmo para trabajar inhumanamente en la Colonia, también confiaron en su ferviente deseo de superar las cadenas de la dominación extranjera. Pero será en el siglo XIX cuando los panameños deciden encabezar un movimiento independentista serio. Mejor momento no se pudo escoger. Simón Bolívar y sus aliados sudamericanos aprovecharon la decadencia española, tras la invasión francesa de 1808. En las Américas, los criollos, la gente de origen ibérico y mezcla indígena-africana, decidieron sublevarse del Rey de Madrid, ante 333 años de conquista, destrucción, abusos y exterminio de las razas autóctonas. Los pueblos de Azuero, en especial la Gloriosa Villa de Los Santos, fue la pionera del nacionalismo panameño, en aquellos días de noviembre de 1821. Un día 10, una mujer encabezó el Grito de Independencia. La separación de España se concretaría en todo el Istmo, llegando a la Ciudad de Panamá, lugar en donde se proclama la Unión al Sueño de la Gran Colombia de Bolívar y la integración del Nuevo Mundo. Nuestros hermanos colombianos nunca aprovecharon las bondades geográficas del Istmo de Panamá. Tampoco hicieron esfuerzos por ayudar a sus habitantes. La posición estratégica panameña era la envidia de las grandes potencias. Pero serán los Estados Unidos de América quienes se interesen en Panamá. En 1846, ante su expansión territorial hacia el oeste californiano, los diplomáticos estadounidenses firmarán con Colombia, el primer acuerdo bilateral relacionado con Panamá sobre el status del Istmo. El Mallarino-Bidlack fue el preludio del dominio norteamericano sobre Centroamérica y el Caribe. Mientras Colombia se desangraba en guerras civiles, el fracaso de la construcción del Canal Francés, en 1882, ahonda la crisis social y económica del Istmo. Luego, en la Guerra de los Mil Días, grandes batallas asolarán el territorio panameño, producto de la enemistad entre liberales y conservadores. La intervención americana en el tratado de Paz del Wisconsin termina la sangría. En 1903, al ser rechazado el Tratado Herrán-Hay por el senado colombiano, los ciudadanos de Panamá deciden pactar la revuelta, en el mes de noviembre de 1903. El día 3, ante la llegada de una fuerza militar colombiana a Colón, los próceres istmeños proclaman la Independencia, concretada el 5 de noviembre, cuando los colonenses y norteamericanos impiden el paso de las tropas colombianas hacia el ferrocarril que comunicaba Panamá. Buena o mala, la cooperación estadounidense fue primordial para nuestra independencia. Hoy, a sólo semanas de lograr la verdadera Independencia y la completa soberanía, debemos recordar los sucesos históricos que transformaron nuestra cultura y tradiciones. Panamá es un país libre dentro del concierto mundial de las Naciones. El reto de un nuevo milenio hace que la tarea de manejar el canal interoceánico sea una labor enorme, pero de prestigio, para crear una imagen positiva de nuestro país en el exterior.
|
|
|
