FAMILIA
La producción de cocaína en países suramericanos
James A. Inciardi
En Ecuador hay tierras altas
a ambos lados del ecuador y zonas adyacentes a Guayaquil, la ciudad más
grande de la nación. En el sudeste de Colombia está el vasto
y virtualmente deshabitado territorio amazónico, y hay plantaciones
en Asia Oriental, Bali y el Caribe.
En estas regiones, en unas 250.000 hectáreas de campos dispersos,
los campesinos cultivan coca. Se producen más de 200.000 toneladas
métricas de hojas anualmente y la mayoría de la producción
se da en Bolivia y Perú.
La producción de la cocaína empieza con las hojas de coca.
En los invernaderos naturales de Chapare, El Alto Huallaga y en las colinas
tropicales y tierras bajas igualmente abandonadas, hay plantadas prolijas
filas de Erythroxlum coca Lam. En momentos de cosecha, las hojas se recogen
cuidadosamente, se secan y se amontonan para que las lleven correos que
las transportan a los laboratorios clandestinos de procesamiento. En el
Alto Huallaga del Perú, los laboratorios generalmente están
cerca, pero en el Chapare boliviano a menudo los correos deben llevar sus
cargas a través de cientos de kilómetros de senderos hata
el Beni, una provincia selvática y con sabana del tamaño de
Kansas, si carreteras pavimentadas y pocos caminos de cualquier tipo.
En las refinerías de la selva se venden las hojas por unos pocos
dólares el kilo. Entonces se pulverizan, se empapan en alcohol en
benzol (un derivado del petróleo utilizado en la fabricación
de combustible para vehículos, detergentes e insecticidas) y se sacuden.
Entonces se seca la mezcla de alcohol-benzol, se le agrega ácido
sulfúrico y la solución vuelve a sacudirse. A continuación,
se forma un precipitado cuando se le agrega carbonato de sodio a la solución.
Cuando se lo lava con kerosene y se lo enfría, se dejan de lado los
cristales de cocaína cruda. A estos cristales se los conoce como
pasta de coca. El contenido de cocaína de las hojas es relativamente
bajo, entre 0.5% 1% por peso, frente a la pasta, que tiene una concentración
de cocaína que llega hasta el 90%.
De los campos de coca y de las refinerías, la carretera de la
cocaína lleva a la Amazonia, una tierra de superlativos y el rasgo
aislado geográfico más grande de América del Sur. La
Amazonia, conocida mundialmente como Amazonas, es un río, un valle
y una selva tropical. El río empieza en la parte elevada de los Andes
peruanos y se extiende más de 8.000 kilómetros a lo largo
del ecuador hacia el Océano Atlántico. Tomando su fuerza inicial
de cientos de pequeños arroyos montañosos, corre a través
de abruptas gargantas y eventualmente se abre en una corriente de dos kilómetros
de ancho en el norte del Perú. El Amazonas también está
alimentado por 200 importantes afluentes, 17 de los cuales tienen más
de 2.000 km. de largo. En ciertos puntos a lo largo de su curso en el Brasil,
el río tiene varios cientos de pies de profundidad y a menudo más
de catorce kilómetros de ancho. Cuando finalmente llega al Océano
Atlántico, el río descarga 1 millón de litros de agua
por minuto, manchando el mar con cieno marrón por 300 km. El valle
del río y la selva tropical cubren 2.5 millones de millas cuadradas
del Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Surinam
y Guyana. Si fuera un país, la Amazonia sería el noveno del
mundo, más de la mitad del tamaño de Estados Unidos. Imposible
de patrullar y sin embargo cerca de ciudades estrechamente vinculadas con
el mundo exterior, la Amazonia ofrece un potencial casi ilimitado como base
para drogas.
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Próximo año seremos más
de 6.000 millones en el mundo
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