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Tiene muchos devotos.  |
Verde es color con el que visten los hombres y las mujeres a la esperanza. De este matiz con el que el buen Dios pintó a la vegetación, se revisten en esta fecha miles de personas para demostrar su devoción hacia un santo considerado abogado de los casos difíciles, San Judas Tadeo.
Vestidos con túnicas esmeralda y un cinto color carmesí se acercan hoy, a la catedral Metropolitana o al templo San Judas Tadeo, miles de devotos para pedir su intercesión en la cura de una enfermedad, para conseguir empleo o para dar gracias por un favor concedido, en medio de cantos y loas a este ejemplar apóstol.
EL PRIMO DE CRISTO
La historia de este santo, quien caminó junto con Cristo es singular ya que además de ser su discípulo, lo unen otras afinidades que lo hacen ser especial. El Evangelio lo menciona como "hijo de Santiago" (Lc. 6, 16) y es ubicado en el último lugar en la enumeración de los doce que figura en los Hechos de los apóstoles 1, 13. Judas es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios" y Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe". Cuenta la tradición que predicó junto con Simón en Persia, sitio donde ambos sufrieron el martirio. Se afirma que fue muerto con un hacha, razón por la cual en muchas imágenes aparece con esta herramienta en la mano.
En otros íconos se le presenta con la imagen de Jesucristo en el pecho, puesto que la leyenda asegura que era muy parecido al Señor, debido a su parentesco (Mc. 6, 13; Mt. 13, 55). También se dice que era sobrino - nieto de Joaquín y Ana, abuelos de Jesús, por consiguiente eran primos.
Santa Brígida cuenta en su escrito, "Revelaciones" que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo, de ahí quizás su fama de mediador para aquellas situaciones de difícil resolución.
Por todas estas razones una marea de gentes vestidas con humildes ropajes del color del cañaveral, ofrecerán sus honores a este hombre digno de imitar porque en su paso por este mundo llevó siempre la buena noticia de la salvación, sin importar los dolores que esto le pudiera causar. |