Escuché en una entrevista televisada, que un legislador declaró que la "revocatoria de mandato", es una fórmula dictatorial y delictiva que sólo existe en dos países, uno en el Lejano Oriente y en Panamá. Por pura coincidencia numérica e "ideológica", sólo dos partidos en nuestro país la tienen institucionalizada en sus estatutos, como fórmula de control y chantaje para con sus legisladores; ambos partidos, por supuesto... faltaba más, son aliados.
Si hubiese alguna duda sobre lo nocivo que es el acto de imposición del 72, con sus parches del 83, que algunos insisten en llamar Constitución, nada más que habría que recordar en qué ambiente y momento histórico se "aprobó" y quienes fueron sus promotores. Además, entre sus principales cánceres visibles y purulentos están el que promueve el absurdo aumento de la cantidad de legisladores, y refrenda las revocatorias de mandato, amèn de las otras lacras adicionales que de la misma se derivan.
Las revocatorias para los fines delictivos que la justifican, tienen su importante y nociva razón de ser. Por ejemplo, si se le presenta a la Asamblea un proyecto de ley en el que están involucradas sumas millonarias que beneficiarían a determinadas áreas geográficas promoviendo empleos y el movimiento comercial local e internacional. El partido en el gobierno ve en este proyecto una refrendación positiva de su gestión y por ende vota por su aprobación en la Asamblea. Por su parte, el partido históricamente cleptómano, el cual, vamos a suponer, lamentablemente en esos momentos tenía mayoría en la Asamblea, ve en ésta una buena oportunidad de cosechar mameyes, razón por la que vota reiteradamente en contra de la aprobación del proyecto mencionado, a más de que quiere evitar que a través de la aprobación del proyecto, el partido gobernante adquiera mayor imagen y prestigio. Adicionalmente los miembros del CEN una y otra vez dan instrucciones a su bancada para que adversen el proyecto.
Sin embargo, un buen día, algunos miembros del CEN les anuncia que ahora sí deben votar por la aprobación y simultáneamente se reparten unos sobres. Si los sobres para los obedientes son de una cantidad que, por ejemplo, rondan en los veinte mil, imagínense cuánto cuantificarán los maletines de los que dan las órdenes, quienes son precisamente los que quieren preservar la espada de Damocles de la revocatoria de bellacos para tener un control estilo marionetas; el cual como ha sido evidente en los últimos meses ha sido rechazado por más y más legisladores, muchos de los cuales se han declarado hombres libres que responden a su conciencia y a sus electores. Adicionalmente es incoherente y absurdo que personajes que son "dueños de partidos", pero que no logran clasificar ni en las primarias, pretendan manipular a los legisladores |