|
En la foto, María Edilma con su pequeña hija. Los recuerdos que ella tiene de su tierra, son de terror, pero anhela saber si su madre aún vive. Foto / Hermes González |
Vestida de terror, María Edilma García abandonó familia y patria en un intento por salvar la vida. La colombiana, de 16 años de edad, narró a "Crítica" la historia de su corta vida, la que defendió con instinto desesperado cuando tenía 9 años.
"Tuvimos que huir. Si nos quedábamos allá, nos mataban", dijo con la seguridad que da la experiencia.
C: ¿Qué sucedió para que se autoexiliara?
M: Un día, cuando regresaba a la casa con mi padre y mi hermana, iba subiendo (vivía en una loma), y vimos cómo unos paramilitares mataban a unos vecinos cerquita de la casa. Yo tenía nueve años.
María Edilma revivió aquel día contando que "unos hombres vestidos como paramilitares" acabaron con la vida de una familia "con niños chiquitos. Nos tocó salir huyendo para otro lado" y desde entonces, no ha vuelto a ver un amanecer colombiano "ni tampoco" lo desea.
Según dijo, sus vecinos fueron asesinados "porque ellos (los criminales) decían que eran colaboradores de la guerrilla".
María Edilma vivía en Balboa Chocó, territorio colombiano, y de allá solo recuerda las frías noches internada junto a su padre y hermana, en la montaña, la noche que escaparon.
"Estuvimos cinco días y medio caminando por la montaña. Allí dormíamos. Comíamos lo poquito que traíamos, y a algunas veces nos tocaba pasar hambre todo el día".
De Colombia "nos vinimos con las manos cruzadas: sin nada. Dejamos la casa, el ganado y todas las cosas que teníamos allá", relató.
C: ¿A dónde llegaron al pisar suelo panameño?
M: Primero llegamos a Boca de Cupé, en Darién, y después fuimos a Yaviza. Allí estuvimos quince días detenidos por la policía. Luego nos fuimos a Panamá y allí estuvimos un mes y medio.
C: ¿Había un camino por la montaña que los conducía a Panamá?
M: Era una trocha que salía de allá, con media piquita nada más. Veníamos al azar. Mi padre no conocía nada. La dirección se la dio un indio de allá, que venía a Panamá y regresaba a Colombia por esa trocha.
De acuerdo a María Edilma, el indio que les dio el dato para entrar a Panamá, aún vive, pues "el otro día lo vimos en Boca de Cupe. El siempre viaja. No lo han matado porque vive en la tribu de los indios".
C: ¿Qué hace María Edilma ahora que está en Panamá?
M: Me casé y tengo una niña. Conocí a mi esposo en Sambú, Darién.
C: ¿Piensa volver a Colombia?
M: No.( La respuesta fue espontánea y profunda)
C: ¿Porqué?
M: Porque si vuelvo allá, me matan.
El temor se refleja en los ojos de la colombiana que revive la última escena que vieron en su tierra cuando era una niña.
C:¿ Hay algún familiar en Colombia?
M: Mi mamá sí está allá. No sé si se estará viva. Yo estoy bien acá, en Curtí de Chepo, donde vivo, pero no sé si mi familia la estará pasando bien en Colombia.
La entrevista dijo que no viaja a Colombia porque de hacerlo, le será difícil buscarlos. "Además, si vamos y nos cogen allá, nos matan", reiteró.
Es que luego de siete años, María Edilma aún no olvida los fogonazos que escupían las gruesas armas contra una humilde familia de campesinos colombianos.
En Panamá está prácticamente sola, pues su padre y su hermana viven en Yaviza, y muy poco los frecuenta. |