Pocas horas después de haber sido publicada mi columna (artículo) "Desnutrición" (22 de septiembre, 2006), recibí un libro sobre la evolución de los programas de alimentación escolar.
Me lo envió el Dr. Jorge Yangüez y fue editado en el año noventa y nueve del siglo pasado.
En nota escrita a mano el Dr. Yanguez señala que ha estado vinculado a este "flagelo que azota a millones de personas en el planeta", por cerca de veinte años.
Reconoció la labor de mi ex compañero de primaria y secundaria Dr. Cutberto Parillón, ya fallecido.
Leer su atenta nota me dejó negativo. Allí indica que en el mundo se estima que dos millones de personas tienen problemas de nutrición.
Aquí en Panamá la FAO (ORGANISMO INTERNACIONAL) considera que ochenta mil niños panameños están desnutridos. Ellos representan el 28.4% del total de la población infantil del país.
Más me amargó saber esta cifra. Resulta que cuando entrevisté a Parillón me dio el mismo porcentaje. O sea en buen panameño, que treinta y tantos años después, aquí los niños siguen siendo víctimas de la desnutrición en la misma proporción. Nada o poco se ha logrado para eliminar este mal.
El libro del Dr. Yangüez señala los esfuerzos que hizo el Ministerio de Educación hace siete años, para alimentar a los niños.
Se refiere a los programa s de "vaso de leche y galleta nutricional, la crema nutritiva", etc.
Este programa no es barato según estadísticas del libro del citado médico.
Comenzó en el año noventa y tres con un presupuesto de un millón doscientos mil balboas. En el noventa y nueve, se destinaban once millones al proyecto.
Indica el Dr. Yangüez que esa cantidad en tal época "todavía no llena las expectativas de la Ley.".
También se mencionan otras actividades como los huertos escolares.
El asunto es que "aunque Panamá cuenta con una larga trayectoria en materia de alimentación escolar", como dice el Dr. Yangüez, ya vimos la desnutrición infantil no ha bajado en treinta y tantos años.
Una vez el Dr. José Renán Esquivel ex ministro de Salud, insistía que si no se mataban primero los parásitos en los niños, de nada valdría darles comida.
¡Las lombrices se darían gusto con las llamadas galletas y cremas enriquecidas y nutricionales!