CULTURA
Lanzamiento espacial convertido
en juego para todos bolsillos
EEUU
EFE
El lanzamiento del transbordador
espacial "Discovery'' está al alcance de cualquier bolsillo
ahora que la carrera espacial ha descubierto otra galaxia de posibilidades
económicas con la industria juguetera.
Coincidiendo con el lanzamiento el próximo 29 de octubre del transbordador
espacial Discovery'' en una misión en la que llevará a cabo
numerosos experimentos, la casa Mattel ha puesto a la venta un conjunto
de juguetes que reproducen, a tamaño de bolsillo, la grandiosidad
de esta nave.
El paquete se completa con un muñeco de John Glenn, el legendario
astronauta y senador de 77 años, que viaja de nuevo al espacio, y
hasta se podría decir que otro del español Pedro Duque, de
no ser porque las dimensiones son tan pequeñas que podrían
corresponder a cualquiera de los otros seis tripulantes de la nave.
Todo por un valor de cinco dólares, frente a los 2.000 millones
que cuesta el transbordador, la enorme cantidad de dinero que supone ponerlo
en el espacio o los pinges beneficios que puede dar la industria juguetera
a la NASA.
El "Discovery'' sólo es una de las licencias concedidas este
año desde una decena de centros de la NASA a la industria del juguete,
que mueve al año más de 20.000 millones de dólares
en Estados Unidos.
Aunque ni Mattel ni la NASA quieren difundir los beneficios de esta alianza,
el mejor ejemplo está en su última producción, una
réplica del Pathfinder'' enviado el pasado año a Marte, cuyo
paso en forma de juguete se agotó después de llegar a vender
hasta 1.500 ejemplares en 10 minutos.
"Hay compañeros que lo han tenido que comprar más
caro en el mercado negro'', bromea Howard Eisen, ingeniero del JPL, el centro
de la NASA en Pasadena (California) encargado de la misión del "Pathfinder'',
mientras muestra con orgullo la réplica infantil de su creación
aeronáutica.
Según expuso durante la reunión "Jugando con los planetas'',
en la actualidad más de 140 compañías pagan del orden
de 40.000 a 50.000 dólares al Laboratorio de Propulsión de
Cohetes (JPL) en concepto de consulta para poder comercializar los conocimientos
científicos de una forma más infantil.
Estos ingresos pueden suponer para el JPL un total de cuatro millones
de dólares anuales, cifra similar a la que pueden recibir el resto
de los centros de la NASA que participan en el proyecto.
A cambio, los juguetes exhiben un realismo tal que sólo les falta
estar en órbita y, por eso, en ellos no hay marcianos de color verde
o pistolas de rayos desintegradores.
El vehículo robot del "Pathfinder'' cuenta, en un tamaño
no mucho más grande que un pulgar, con el mismo número de
paneles solares que el original, aunque en este caso sean simplemente de
plástico pintado de color plata.
Hay quien critica esta asociación, la utilización de planos
reales de cualquiera de estas misiones para construir un juguete, como una
trivialización de la ciencia.
Sin embargo, los técnicos de la NASA apuntan al éxito tenido
en los últimos años por museos de ciencia como el de Los Angeles,
donde han sabido combinar la enseñanza con el juego haciendo que
las nuevas generaciones participen de los arduos avances científicos
de una manera más divertida.
Cuando todavía falta una semana para que el transbordador espacial
comience sus nueve días de misión, la NASA ya está
preparando nuevos lanzamientos en forma de juguete.
Están las propuestas de reproducir la nave de la misión
"Deep Space 1'' o la sonda "Galileo'', en la órbita de
Júpiter, juguete que incluye la popular antena de la nave.
La firma Milton también pondrá a la venta una línea
de juguetes sobre Marte que incluyen el brazo articulado que utilizaba el
vehículo robot de la sonda espacial "Pathfinder''.
"Esto también es un experimento para ver la mejor manera
de atraer al público a la carrera espacial haciéndoles participar
en las misiones'', explicó un portavoz de la NASA.

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