Los consumidores panameños esperan una reducción sustancial en el precio del galón de diesel y gasolina, tomando en cuenta que el barril de petróleo se ubica actualmente en 70 dólares el barril.
Una revisión de los precios sugeridos para los combustibles entre los meses de marzo y abril de 2006 cuando el barril de petróleo era similar a los actuales momentos, el galón de gasolina de 95 octanos costaba 2.94 dólares; el de 91 se vendía en 2.74 dólares y el diesel en 2.27 dólares.
Los precios actuales son de $3.76 para la gasolina de 95 octanos; $3.51 el de 91 octanos y el diesel se vende en $3.44.
De seguros que las petroleras y el gobierno vendrán con una serie de argumentos para justificar que los precios de los derivados del petróleo no se comercialicen a los niveles que imperaban en el 2006.
Los altos precios del combustible constituyen una sangría para la economía del país, los hogares y la industria panameña. El gobierno debe exigir que el diesel y la gasolina se vendan conforme a los precios que hoy rigen en el mercado y que se frene la excesiva especulación en el sector.
Claro está que los involucrados en la cadena de comercialización de los derivados del petróleo deben tener ganancias, pero éstas deben ser razonables y no excesivas.
Además, de una vez por todas se le debe explicar a la población los márgenes de ganancias de cada uno de los involucrados, porque es inexplicable que ese tema se maneja como una especie de secreto de Estado, sobre todo en lo referente a las petroleras.