TEMAS DE ACTUALIDAD
La República
de China: modelo para la democracia

Chih-cheng Lo
Profesor en
Ciencias Política
La República
de China ha sido un estado soberano desde que fue establecida
en 1912. Su historia de desarrollo democrático alcanzó
su cumbre en 1996, con la celebración de la primera elección
directa de presidente de la Nación. En marzo de 2000,
los candidatos del Partido Democrático Progresista, Chen
Shui-bian y Hsiu-lien Annette Lu, fueron elegidos como nuevos
presidente y vicepresidenta de la República de China.
Taiwan experimentó su primera transición pacífica
de poder en medio siglo, y ello prueba que la democracia en Taiwan
ha alcanzado un nuevo nivel de madurez.
Desde que tomó posesión de su cargo, el presidente
Chen Shui-bian ha puesto especial énfasis en el fortalecimiento
de la democracia y en la protección de los derechos humanos.
Ha declarado que la República de China, pese a no ser
miembro de Naciones Unidas, debe acatar la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, el Convenio Internaciones
de Derechos Civiles y Políticos y otros acuerdos internacionales
sobre derechos humanos. Chen ha propuesto además la creación
de un comité nacional de derechos humanos para salvaguardar
los valores universales de los derechos humanos. El presidente
ha expresado su deseo de que la República de China pueda
llegar a ser un participante pleno en el sistema internacional
de derechos humanos, convirtiendo a Taiwan en un nuevo modelo
para los mismos, en el siglo XXI.
La República de China es conocida en todo el mundo
por sus extraordinarios logros económicos y en los últimos
años ha sido reconocida por su vibrante democracia y por
su respeto por los derechos humanos. La República de China
está deseosa de compartir estas valiosas experiencias
obtenidas en su desarrollo democrático y económico.
Desafortunadamente, las autoridades de Pekín se han inmiscuido
repetidamente en las relaciones internacionales de la República
de China,
Como nación democrática y miembro de la comunidad
global, la República de China defiende los principios
internacionales de derechos humanos y democracia. Presta su ayuda
de manera responsable a las naciones en desarrollo mediante generosos
programas de ayuda económica y humanitaria. Así
que resulta claramente injusto negar la participación
en las Naciones Unidas a los 23 millones de habitantes de Taiwan,
que aprecian paz, la democracia y la libertad. La participación
de la República de China en las Naciones Unidas no sólo
realzaría la interacción bilateral entre Taiwan
y China continental, sino que también fortalecería
las perspectivas de paz y estabilidad en la región.
Negarle a Taiwan la oportunidad de compartir su experiencia
en desarrollo económico y democratización constituye
una enorme pérdida para el mundo. Si a Taiwan se le permitiera
participar en organizaciones que trabajan para mejorar la vida
en los paises en desarrollo, como el Banco Mundial o elFMIl,
sería capaz de realizar inestimables contribuciones al
desarrollo.
|