Frente al púlpito de la iglesia, abarrotada de deudos, amigos y vecinos, yacía el féretro con el cadáver de Anayansi Del Carmen Cisneros, de 32 años, muerta la noche del pasado sábado, cuando recibió una bala perdida en el cuerpo, dentro de un bus.
Anayansi, otra víctima de la violencia que azota al país hace más de una década, fue sepultada en una cripta del cementerio Jardín de Paz, ubicado en la vía Santa Elena.
La universitaria que cursaba la carrera de diseño gráfico fue despedida por familiares, amigos y conocidos, quienes se dieron cita en la mañana de ayer, jueves, en un culto religioso en la parroquia "Movimiento Misionero Mundial", ubicada en Parque Lefevre.
Epimenides Terrientes, pastor de la curia donde se congregaba la víctima, en Monte Oscuro, San Miguelito, ofició el acto religioso; y el pastor Manuel Zúñiga comentó el capítulo 4 de San Juan: Si conocieras el poder de Dios.
LOS DEUDOS
"¡Mi mamá!", gritaba la más pequeña de los cinco hijos que dejó la hoy occisa.
Diana de Cisneros, madre de Anayansi y abuela de la niña, -a diferencia de su nieta que no se resigna aceptar la pérdida de su mamá- rezaba.
Entre el murmullo de Diana, cristiana hace más de 20 años, se escuchaba: "Todo el que cree en Dios y la resurrección, aunque esté muerto, vivirá en El".