Durante los últimos días, el país se ha visto impotente, como la madre naturaleza se ha ensañado contra la población indefensa de Panamá Este, con saldo de varios muertos, desaparecidos y miles de familias damnificadas, que aún claman por salir de esas tierras al margen del Río Cabra.
Aunque lo ocurrido en Panamá Este, fue peor catástrofe que lo sucedido en Arraiján hace dos años, la situación y consecuencias son similares, ya que a pesar que existe una institución como SINAPROC, la propia comunidad no está preparada para enfrentar esas calamidades de la naturaleza y solo se limitan en querer salir de esos caseríos o barriadas, para evitar otras desgracias que lamentar como lo sucedido en Bello Amor y Residencial Vista Alegre en Arraiján y ahora la 24 de Diciembre, Pacora, Juan Díaz, Pedregal y Tocumen.
En ambos sectores participé, en Arraiján, como afectado, porque resido en el Residencial Vista Alegre, que se inundó por el desborde del Río Aguacate y me sume a rescatar niños y ancianos, e informé a todo el país por radio Metrópolis lo que estaba sucediendo en Arraiján y ahora en Pacora y 24 de Diciembre, como voluntario de la Universidad de Panamá, donde se realizó una inspección y encuestas sobre daños y perjuicios del desborde del río Cabra, especialmente en la Barriada Prados del Este, donde fui asignado.
Definitivamente hay que organizar a la comunidad para casos de desastres naturales o no, como expone el amigo Jaén, sastre de profesión, pero conocedor de la materia.
Las inmobiliarias, los bancos hipotecarios y las autoridades regionales, deben responsabilizarse por los daños ocurridos.
Las inmobiliarias buscar las formas para mejorar el sistema fluvial, cuentas y salidas rápidas de las aguas y evitar construir a 25 metros de los ríos.
El gobierno (MOP) dragar ríos, quebradas y aguas estancadas.
Bancos Hipotecarios (estatales o privadas) rebajar las tasas de intereses o precios de las viviendas afectadas y exonerar a las familias que ya han pagado el 75% del costo de las casas o préstamos hipotecarios.
Los municipios mantener limpios los lugares, organizar (sin políticas partidistas) a la comunidad y sancionar a las personas que desechen cualquier tipo de basura en las riberas de los ríos o cualquier otro lugar, cercano a los caseríos o barriadas.
Solo así, podemos hacerle frente al problema de los desbordes de los ríos e inundaciones de caseríos o barriadas, como sucedió en Arraiján.