Los padres primerizos cometen muchos errores. Claro, es la primera vez y nadie tiene un librito que diga cómo ser papá, pero lo cierto es que cuando los chiquillos van creciendo resulta un poco difícil mantenerlos quietos y una de las formas más mágicas es a través de los programas infantiles de la TV.
Para esas madres que han decidido quedarse en casa al cuidado de los niños resulta un alivio que sus hijos se queden unos minutos frente a televisor, mientras ellas preparan los alimentos, pero ojo existe serio peligro de lo que vayan a ver los pequeñines.
No todos los programas infantiles son buenos. Lo mejor es escoger algunos. Hoy día en Panamá se transmiten varios que sí enseñan. Uno de ellos es Dora la Exploradora, otro Sabú Mafú y por qué no Plaza Sésamo. ¿Quién no aprendió a contar las galletas con el Lucas?
El tema de la violencia en la televisión ha generado gran preocupación, debido a que estimularía la conducta agresiva en los niños, pues ellos ven a diario asesinatos, guerras, puñetazos, golpizas, cuchilladas, balaceras, patadas, accidentes violentos y destrucción de propiedades, entre otros.
Los niños que ven violencia en la pantalla se comportan más agresivos sin importar su localización geográfica, su sexo, su nivel socioeconómico o si tienen problemas emocionales. Este efecto es interdependiente, es decir, los niños agresivos eligen programas violentos y aquellos que ven estos programas, son más agresivos. La televisión fomenta la conducta agresiva de dos modos, o imitan el modelo que observaron y llegan a aceptar la agresión como conducta apropiada.
Los padres de familia deben estar muy atentos. No estamos diciendo que la televisión sea mala, es como decir que la lengua es mala. El hombre la usa para bendecir y maldecir. la televisión es un arma de doble filo ayuda y destruye.