CRIMENES FAMOSOS Un argumento mejor que “gatos”

Max Haines
La ronda nocturna del “Felino” en Pittsburgh se volvió mortal. David Neal era un personaje. Le encantaba aplicar pintura teatral plateada y negra, completada con bigotes, a su cara. Del cuello para arriba, duplicaba el maquillaje usado por los actores en el éxito musical de Broadway, “Gatos”. Trajeado con un frac, rondaba los lugares nocturnos de Pittsburgh. Donde fuera que iba, los espectadores se reían o lo observaban atónitos. Todos sacudían la cabeza con asombro, David, inspirado por la obra teatral, le contaba a todo el que quisiera oírlo, que era el asistente de producción de la obra. Pocos lo creían, y con buena razón. Era un mentiroso empedernido. Nadie sabía que David tenía todo un pasado. En 1978, había sido arrestado por posesión de marihuana en Chicago. Dos años después, había sido detenido acusado de asalto. Para 1987, había inmigrado a California, donde fue acusado de robar en casas y como ladrón de autos. En 1988, por razones sólo conocidas por él mismo, andaba vagando por Pittsburgh disfrazado a un gato. En horas de la madrugada del 20 de octubre, David andaba de bar en bar. Donde quiera iba era el centro de atención. No todos los días uno se encuentra con un hombre vestido de frac y maquillado como un gato. Ni siquiera en Pittsburgh. Fue un encuentro casual. David Lowry, de 28 años, estaba recorriendo las calles en busca de un cliente. Su lápiz labial era rojo rubí; su minifalda, ajustada alrededor de sus caderas, y su cabello, largo y flotante. Lowry era un prostituto masculino tranvestido en busca de hombres a los que pudiera vender su cuerpo, como lo hacía cada noche. Por 100 dólares Lowry hacía casi cualquier cosa. En noches lentas, su precio bajaba a 25 dólares. Esta es una noche lenta. Lowry decidió ampliar sus horizontes, como a menudo lo hacía cuando el negocio era malo. Caminó lentamente calle abajo, donde las brillantes luces de una gasolinera que permanecía abierta toda la noche a veces atraía clientes. Cuando se ubicó en el punto de mayor ventaja para seducir a algún hombre, vio un hombre salir del baño de la gasolinera. Aun para Lowry, se lo veía un poco extraño. Estaba vestido de frac, pero estaba caracterizado como un gato. Y así fue como el Hombre Tranvestido encontró al Hombre Gato. David Neal miró a Lowry y pensó, qué demonios. Los dos hombres saltaron al Thunderbird 1974 de Neal y partieron velozmente. Los dos asistentes de la gasolinera vieron el encuentro. Sacudieron sus cabezas. Uno ve cosas extrañas en Pittsburgh en horas de la madrugada. Era bastante después de las 3:00 de la mañana cuando una mujer que vivía al lado del Allegheny Centre Mall fue despertada por un fuerte grito. Saltó de la cama y espió desde la ventana de su apartamento en el segundo piso. Parecía haber una lucha en proceso entre un hombre y una mujer. El hombre era muy extraño, usaba frac, tenía el cabello negro largo y su cara estaba pintada. La testigo tomó su teléfono y marcó el número de Emergencias. La Policía pronto estuvo en el estacionamiento del centro comercial. Llegó demasiado tarde para David Lowry. Yacía muerto en el frío asfalto, habiendo sido apuñalado hasta morir. Más tarde una autopsia revelaría que de las varias puñaladas recibidas, una le había penetrado el corazón. Lowry tenía varias heridas defensivas en sus brazos y manos, indicando que había luchado por su vida. El arma asesina no fue encontrada en la escena. La mujer que había hecho la llamada dijo voluntariamente que el hombre que parecía ser el atacante estaba maquillado como un gato. Armados de esta descripción, la Policía tuvo poca dificultad para rastrear las acciones del Hombre Gato en la noche que precedió al asesinato en la madrugada. El hombre había andado de bar en bar esa noche y había ido de club en club hasta que fue visto por los dos empleados de la gasolinera cuando era abordado por el muerto. No le llevó mucho a las autoridades ponerle un nombre al Hombre Gato. Era David Neal, un hombre que le decía a todo el mundo que estaba asociado con el musical de Broadway, “Gatos”. Los funcionarios de la obra le aseguraron a la Policía que el Hombre Gato no tenía ninguna conexión con el musical. David Neal fue localizado en su casa. Inicialmente negó ser el Hombre Gato, pero cuando los detectives le informaron de la extensa evidencia que tenían en contra suyo, se decidió a confesar. Neal dijo a la policía. “Fui abordado por lo que pensé que era una prostituta mujer y reaccioné... bueno, ya saben, diciendo sí”. De acuerdo a Neal, la prostituta le había preguntado si estaba bien si su amiga los acompañaba. Neal estuvo de acuerdo y partieron en el Thunderbird hacia el estacionamiento. Cuando Neal le ofreció sólo 15 dólares por sus servicios de prostituta, Lowry se puso furioso y sacó un cuchillo. Lowry mantuvo el cuchillo contra la garganta de Neal, pero éste le ganó de mano. En la refriega subsiguiente, Lowry accidentalmente se apuñaló de muerte. Como Neal lo presentó, “Mi reacción fue defenderme y eso es lo que hice. Dios es mi testigo de que no tenía intención o había planeado esto, salir y acechar a alguien”. David Neal fue arrestado y acusado del asesinato de Lowry. El 29 de marzo de 1989 fue sometido a juicio. El juicio causó gran sensación, no a causa de un argumento complicado o extraño motivo, sino por la afición de Neal de personificar a un gato. El abogado defensor del Hombre Gato estuvo de acuerdo en que su cliente no era un tipo común, pero eso no lo hacía un asesino a sangre fría. Había intentado pagarle de menos a una prostituta y fue atacado. Se las arregló para salvar su vida matando a su adversario. Pero eso no era asesinato. El jurado de Pennylvania encontró a David Neal culpable de asesinato en tercer grado y fue sentenciado de 10 a 20 años de prisión.
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