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Se localizan en el valle alto del río Bayano y en Darién.  |
La población de guacamaya ha disminuido notablemente en Panamá y solo es posible avistarlas en lugares apartados y principalmente despoblados, sobre todo en los bosques imperturbados de la región este del país. Pero no solo la destrucción del hábitat ha afectado a estas hermosas aves, ya que también es cazada para alimento y sus nidos son saqueados con el fin de vender los pichones como mascotas.
Una de estas especies es la guacamaya azul y amarilla (Ara ararauna) cuya presencia, según la Guía de Aves de Panamá es poco común o frecuente en ciertas localidades de la vertiente del Pacífico al este de la provincia de Panamá -en el valle alto del río Bayano- y en Darién.
Frecuenta los bosques pantanosos o deciduos y áreas cercanas a los ríos, evita las colinas aunque existe cierta cantidad en el valle llano y pantanoso de Cana (540 metros sobre el nivel del mar).
La guacamaya azul y amarilla tiene un plumaje que la hace inconfundible con una cola larga y puntiaguda. De color azul vivo por encima, las alas y cola son amarillas por debajo.
Suelen andar en parejas o en pequeñas bandadas, en las cuales se destacan las parejas. Cuando forman una pareja esta siempre permanece unida y hacen sus nidos en oquedades de troncos muertos de palmera.
Es posible verlas volando al amanecer o al atardecer y sus estrepitosas y roncas llamadas (aunque menor que las otras especies de guacamayas grandes de Panamá) delatan su acercamiento desde grandes distancias.
No obstante, son menos bulliciosas al posarse y normalmente muy calladas al comer, por lo que son los pedacitos de frutas u otros desperdicios lo que da la primera indicación de su presencia en lo alto de los arboles.
Su talla adulta ronda los 90 centímetros de los cuales la mitad corresponde a la cola y puede pesar de 900 a 1,070 gramos, mientras que las hembras con más pequeñas que los machos. Además de hermosos, son animales muy longevos, que pueden superar sobradamente los 50 años. |