EDITORIAL
Otro fuego, más damnificados y cero planificación
La mecánica de las soluciones habitacionales no parece ser otra que atender las necesidades de los damnificados de fuego en fuego. La espiral inició ayer con el siniestro registrado en el corregimiento de Santa Ana. Este es el primer paso del procedimiento de ayuda a los más necesitados.
El segundo paso es trasladar a las personas a albergues temporales y evaluar a qué sitios podrían ser trasladados. En este segmento se realizan inventarios de personas y se cuantifican los daños, además se hacen estudios salariales que determinarían soluciones para cada caso en particular.
¿Por qué esperar que las llamas arrebaten el sueño de las familias humildes de este país? Todo parece indicar que nuestra cultura nos ha confeccionado una camisa tan estrecha que no nos permite pensar. No nos deja ir más allá y nos impide entrar en una verdadera política de prevención o, más bien, de erradicación de los viejos caserones de madera que dibujan la verdadera cara de Panamá, una cara triste que llora ante la indiferencia manifiesta de los políticos y de la administración estatal en plena fecha de Centenario de la República.
Las llamas consumieron en su totalidad viejos inmuebles de madera, hogar de 70 personas. La pérdida fue total. Casi nadie pudo rescatar sus enseres, únicamente las personas de los caserones cercanos que tuvieron tiempo de hacerlo. Afortunadamente, sólo sufrieron un gran susto, mientras que sus vecinos experimentaron lo peor.
Este fue el sexto fuego del año. Todavía no hemos aprendido la lección, pero confiamos en que algún día desaparecerán para siempre esos caserones de madera que más bien parecen leñas esperando el chispazo para arder.
PUNTO CRITICO |
 |
|