EDITORIAL
La alta carestía de la vida y el alza de aranceles
El gobierno de Mireya Moscoso acaba de hacer dos anuncios trascendentales: el alza de algunos aranceles y la restitución de sus puestos de los controladores aéreos, promesas electorales que ha cumplido una vez ocupó el solio presidencial. El alza de los productos de la canasta básica familiar venía preocupando a los productores agrícolas y pecuarios por cuanto estaban llevando a la ruina a estos esforzados trabajadores del campo que fueron sometidos a un castigo por el régimen anterior. A pesar de que en varias ocasiones se les señaló al gobierno la inconveniencia de fijar tales precios, el pasado gobierno de Pérez Balladares insistió en mantener tales aranceles que estaban llevando a la ruina a los productores panameños. Conviene que el Estado haya rectificado los precios de la canasta básica porque se respira una voz de aliento en la economía que ya estaba a un paso de ser agonizante, a juzgar por las estadísticas locales. El consumidor panameño está acostumbrado a los productos frescos locales y no se deja seducir por artículos nutridos de hormonas y pesticidas, por lo que en un plan competitivo también muestran la eficiencia que distinguen al producto local. Buena ha sido la palabra empeñada por la Presidenta de la República quien liberó una pesada carga de las espaldas de los productores quienes no deben descuidar bajo ningún concepto la competencia. En un mercado globalizador se impone la eficiencia y no se deben tomar actitudes que demeriten la buena fe que se tiene del agro, sobre todo cuando se trata de impulsar una economía social de mercado o de opción pública como promulgó James Buchanan.
PUNTO CRITICO |
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