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El detalle es lo que vale. No importa que bien queden los proyectos. Siempre la gente hace la torta cuando un detalle sale mal, pero no hablemos exactamente de esta clase de situaciones. En la vida existen muchas experiencias que, sin decir ninguna palabra, demuestran el amor que uno proyecta hacia los demás.
En la vida matrimonial son pocos los que cumplen con eso de que en las buenas y en las malas estaremos juntos. La mayoría -esto ha ocurrido en la vida real- abandona este ideal cuando el hombre de la casa pierde su empleo. Allí se olvida todo, pues, como no hay pa' come', las chicas agarran las maletas y se van. ¿Dónde está eso de luchar juntos, aunque sea comiendo arroz con huevo?
En la vida laboral, ser detallista no es sólo ser un buen compañero de trabajo. No es sólo recordar los momentos buenos como los cumpleaños, los matrimonios de los compañeros de trabajo o los nacimientos de los hijos de quienes trabajan junto a nosotros todos los días.
Como dijo Roberto "Mano de Piedra Durán" una vez, "la gente está muy mal engañada (...)". Ser compañero es estar en las malas con el compañero. Si está enfermo, no está de más decir "que te mejores pronto"; si está hospitalizado (a), no está de más ir 5 minutos a verle (a). No hay que abrir la boca. El o ella sabrá que lo tomaste en cuenta. Hay veces que la tarjetita firmada por todos es bien acogida. Sé que esto te está cayendo a tí. Seguro que no eres un buen compañero, pero déjame decirte que todavía hay tiempo para comprar una tarjeta de B/.1.99 o hacer una llamada para expresar el sentimiento que hay dentro de tí.
A todos nos gustan los buenos tiempos. ¿A quién no?, pero recuerden que en los peores momentos es cuando uno más necesita de los amigos o compañeros para llorar juntos por la pérdida de un familiar o por algún problema en el hogar.
Seamos mejores. Todavía hay tiempo. |
