Birmania no debe perder la "oportunidad histórica" de iniciar el diálogo político con la oposición, así lo sugirió Naciones Unidas, al tiempo que condenó con firmeza su "repugnante" uso de la violencia contra manifestantes pacíficos.
Ayer, el Consejo de Seguridad escuchó al enviado especial de las Naciones Unidas (ONU) a ese país, Ibrahim Gambari, quien dijo sentirse "cautelosamente animado" por el anuncio de que el máximo jefe de la Junta Militar, el general Than Shwe, está dispuesto a encontrarse con la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi "bajo ciertas condiciones".
Sin embargo, para iniciar un "diálogo genuino", enfatizó, Rangún debe primero "liberar a todos los detenidos políticos".
Ban Ki- moon, secretario general de la ONU, dijo que el uso de la fuerza contra manifestaciones pacíficas es repugnante e inaceptable, afirmó el secretario general, para quien la situación sigue siendo "grave" por la falta de información sobre numerosos detenidos.
Estados Unidos, a través de su embajador ante la ONU, Zalmay Khalilzad, amenazó con presentar ante el Consejo de Seguridad un conjunto de sanciones a la Junta Militar, si ese país no responde a la presión internacional para que cese la represión.
En respuesta, el embajador de Birmania ante la ONU, Kyaw Tint Swe, advirtió que la imposición de sanciones sería contraproducente para el proceso político del país.
Por su parte, los representantes de China y Rusia dejaron claro en sus intervenciones su oposición a las sanciones.
El embajador chino, Wang Gaungya, observó que "una intervención extranjera" puede degradar la situación de la nación asiática.
Gambari, en su informe al Consejo de Seguridad, advirtió que "es esencial que los líderes de Myanamar entiendan que lo que sucede dentro del país puede tener graves repercusiones internacionales".
MONJES LIBERADOS 728
Autoridades militares de Birmania aseguran que han puesto en libertad a más de 2 mil personas, de las 6 mil que fueron detenidas en las manifestaciones entre ellos budistas.