EDITORIAL
Desempleo y acaparamiento
Ningún gobierno --ni
el anterior ni el de ahora-- ha hecho realmente esfuerzos para acabar con
el desempleo. Con el argumento de que el gobierno no es una agencia de empleos,
el Organo Ejecutivo minimiza los esfuerzos para paliar la falta de trabajo
que existe en Panamá.
Es un secreto en alta voz que personeros del gobierno de antes y el que
está ahora han hecho un negociado con los cupos de los taxis y de
los buses. Se hicieron denuncias que los vendían hasta en cinco mil
balboas, pero nunca ha habido sanción contra los acaparadores de
dichos cupos.
Si el Ministerio de Gobierno y Justicia es el encargado de otorgar esos
cupos, ellos tienen que saber quién los desvía. Flaco favor
le han hecho a una popular cantante de música típica que la
acusen de acaparamiento de tales certificados cuando eso contribuye a arruinar
su carrera artística.
Muchos de los choferes llamados "palancas" tienen años
de estar mendigando tales cupos que al final van a parar a manos de los
favoritos del régimen.
En tiempos de Omar Torrijos, la primera privatización que se dio
fue en el transporte colectivo. El resultado es que hay propietarios con
cinco y más buses, no prestan servicio nocturno y en los fines de
semana los destinan a paseos y dejan la ciudad sin transporte colectivo.
Y esto que no estamos señalando las cuentas leoninas que tienen que
pagar choferes sustitutos ni una gran cantidad de extranjeros, como indostanes,
que son propietarios y conductores de taxi. Pero el gobierno se hace de
la vista gorda.
El problema de los acaparamientos se repite en las libretas de lotería,
que otorga la Lotería Nacional de Beneficencia, y en las frecuencias
de radioemisoras.
Es sabido que hay personas que tienen un número plural de esas
libretas y lucran porque las alquilan, quitándole esa oportunidad
a otros ciudadanos. Asimismo, existen personas que subarriendan viviendas,
explotando a los que carecen de techo. Pero el MIVI parece no darse cuenta
de este asunto.
El otorgamiento alegre de frecuencias de radio va a hacer crisis. Hay
dueños de emisoras que tienen más de dos frecuencias, pero
el Estado nada dice al respecto. Nadie se explica, desde la época
de la dictadura, cómo han conseguido esas concesiones, pero se está
dando y ninguna autoridad le pone freno a esta anomalía. Por eso
es que mientras no se le ponga fin a los acaparamientos, a todas luces ilegales,
seguirá galopante el desempleo. No hay que ser un genio ni un estratega
del desarrollo nacional para darse cuenta de ello. Pero es el propio gobierno
el que tiene que dar el primer paso para detener tanto abuso.
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