La Policía investiga la emanación de un gas supuestamente nocivo en el metro de Nueva York, que obligó a suspender el servicio de una línea durante una hora y que provocó molestias a varios pasajeros.
El incidente, según medios locales, se produjo en la mañana en un convoy de la linea L, que enlaza Brooklyn con Manhattan, cuando varios pasajeros empezaron a sentir mareos y náuseas.
Las quejas de los pasajeros hicieron que se detuviera el convoy y que se desplazara un equipo de la Policía especializado en materiales peligrosos.