El joven maestro de aquel pueblito colombiano le pidió algo poco común a sus alumnos:
Muy serio dijo que fueran guardando las mejores pepas de las frutas que más les gustaban.
Los chiquillos hicieron caso. Días más tarde, se vio al maestro rodeado de alumnos caminar fuera del pueblo.
Señaló el maestro que había que sembrar las pepas a orillas de las cercas, para que no cortaran luego las plantas.
Meses después, en varios potreros y fincas de Sanpués se vieron crecer las plantas de mangos, marañones, mamones, naranjas, papayas, etc.
Con los años comprendí que lo que hizo papá puede considerarse uno de los primeros intentos de reforestación hecho por escolares. Esto sucedió hace más de ochenta años.
Si alguien sabe de alguna acción parecida ocurrida en Panamá, agradecería que me diera esa información.
Es que eso demuestra que la reforestación hecha por niños es una actividad muy antigua.
Pensé en eso el otro día cuando vi la destrucción que causa maquinaria pesada que construye viviendas en diferentes sitio del interior.
Realmente da dolor que se tumben árboles con muchos años, para hacer lujosas casas de fin de semana en El Valle de Antón.
Por eso comprendo el alboroto que se formó por la destrucción de manglares en Punta Chame.
Así como hay personas que solamente piensan en las ganancias económicas también existen otras que "reverdecen su conciencia" luchando por salvar el planeta.l
Se ha comprobado que menos árboles produce el famoso "calentamiento global" que está derritiendo el hielo en los polos.
Casas bonitas hechas en cementerios de bosque afectan el futuro de la humanidad, aunque algunos no lo crean.
Salvemos nuestro planeta sembrando árboles, ahora que estamos en pleno invierno.
Esto debe ser una acción tanto particular como oficial.
Desde el punto de vista educativo, niños y educadores pueden poner su "granito de arena" sembrando unos cuantos árboles en sus patios y alrededores de escuelas.
Al transitar por la Interamericana vemos miles de hectáreas de rastrojos inútiles. ¡Qué maravilloso país tendríamos si se convirtieran en bosque llenos de árboles frutales y de madera.