Cerca de 150.000 personas encabezadas por monjes budistas ignoraron ayer con manifestaciones en favor de la democracia, las amenazas de la Junta Militar de Birmania, que ya da señales de que se prepara a sofocar la creciente rebelión.
La manifestación pacífica comenzó, como viene ocurriendo desde el lunes de la semana pasada, con la congregación de los monjes en la pagoda de Shwedagon, en el casco antiguo.
La marcha avanzó coreada por gritos de "democracia, democracia" y a su paso por las calles del centro urbano los manifestantes eran aplaudidos y vitoreados por ciudadanos desde las atestadas terrazas y tejados de los edificios.
Entre los asistentes había unos 200 miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND) que portaban el brazalete de esta formación política que lidera Aung San Suu Kyi, la premio Nobel de la Paz que se encuentra bajo arresto domiciliario desde 2003.
Otros llevaban en alto imágenes con el pavo real, el símbolo de la Generación de Estudiantes del 88, organización que mantiene vivo el espíritu de las manifestaciones democráticas de 1988.
Antes de que comenzara una nueva jornada de protestas, las autoridades distribuyeron cuartillas entre la población para asegurar que se aplicará el Código Penal que autoriza la disolución por la fuerza, si es necesario, de cualquier asamblea ilegal y el despliegue de soldados.
Ante los hechos que se registran en Rangun, el Gobierno de Tailandia anunció que tiene preparado un plan para evacuar a los tailandeses de Birmania (Myanmar) en caso de que se produzcan actos de violencia.
REGIMEN
Los generales birmanos no permiten la celebración de elecciones legislativas y el pueblo exige una democratización del sistema de gobierno.