EDITORIAL
Precedente de la limpieza de los polígonos de tiro
En los umbrales de la década del 60, artefactos explosivos estallaron y provocaron la muerte de dos hijos del Ing. Celso Carbonell, provocándole que fuera candidato a la vicepresidencia de la República. El afectado demandó al ejército norteamericano y ese fue el primer precedente de demanda contra las fuerzas armadas norteamericanas por este controvertido tema que aún sigue hoy en el tapete en las negociaciones entre Panamá y los Estados Unidos. El gobierno anterior y el de doña Mireya Moscoso vienen insistiendo en que los norteamericanos deben limpiar los polígonos de tiro que están contaminados, lo mismo que las bases militares que por varias hectáreas también tienen signos de contaminación. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército de los Estados Unidos arrendó numerosos sitios de defensa, pero los norteamericanos no tuvieron el cuidado de limpiar estas bases que tarde o temprano se devolverían a sus legítimos dueños, los panameños. La Isla Iguana en el distrito de Pedasí, y la Isla de San José en el archipiélago de Las Perlas tienen muestras fehacientes de la contaminación a que hacemos referencia, pero los norteamericanos insisten en que no tienen ninguna responsabilidad sobre la limpieza de estos sitios que han pasado a ser ahora patrimonio nacional. La presidenta Mireya Moscoso denunció ayer desde el alto foro de las Naciones Unidas la pretensión del Gobierno de los Estados Unidos y alertó que habrá denuncias permanentes si no cristaliza esta gestión de ver todo el Istmo libre de contaminación. Algunos artefactos han seguido estallando por la imprevisión de los norteamericanos que no han hecho limpieza total de las bases y eso pone en peligro las vidas de muchos compatriotas que se arriesgan merodeando los campos minados de misiles, bombas y otros explosivos. Advertimos al Pentágono que su deber moral es contribuir a la limpieza de estas áreas panameñas por revertir, porque está de por medio la existencia de panameños que no pidieron ni se propusieron contaminar esas bases. Por lo tanto exigimos que cese la indolencia del ejército yankee y hagan buena su palabra de cumplir los tratados Torrijos-Carter tal como corresponden a dos naciones que se respetan y practican la buena vecindad.
PUNTO CRITICO |
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