Moradores de la comunidad de Nuevo Veranillo, en San Miguelito, están cansados de los constantes intercambios de disparos que hacen los antisociales.
Los quejosos manifestaron que se sienten en peligro porque a los malandrines no les importa la hora, ni el lugar, ni mucho menos la vida de los niños que juegan por las veredas.
El vecindario pidió más apoyo y seguridad a las autoridades.