Con las manos en la masa fue agarrado Luis Eduardo Rivas Bonilla, de 36 años, cuando se disponía a iniciar las ventas del día de varios carrizos de una sustancia que se presume es cocaína.
Y es que lo que no sabía Bonilla era que vecinos del lugar ya le habían dado "el dato" a la Policía, de que cerca de la piquera de la barriada Don Bosco se dedicaban a vender drogas, y cuando menos lo esperaba fue sorprendido con los 36 envoltorios.