Cerca de una década después de que el Ejército acallase a tiros las manifestaciones para pedir democracia, miles de monjes budistas volvieron a demostrar que son una potente fuerza política y social capaz de poner en apuros a la Junta Militar de Birmania (Myanmar).
Armados con los estandartes budistas y esos cuencos que emplean para recoger las donaciones de los feligreses, los monjes marcharon otra vez de forma pacífica por las calles de Rangún y de otras ciudades del país como si fueran otro Ejército.
Unas 20,000 personas entre monjes y civiles se manifestaron en el centro de Rangún, la mayor ciudad de Birmania (Myanmar), en apoyo de la líder opositora Aung San Suu Kyi, en la séptima jornada de protestas en el país contra la Junta Militar.
Los manifestantes, entre ellos unos 5,000 monjes y religiosas budistas, pasaron frente a la embajada de EE.UU. antes de dirigirse a la pagoda de Sule.
Con el apoyo por primera vez de religiosas budistas vestidas de blanco, los monjes, acompañados por miles de civiles, salieron a reclamar menores precios en bienes básicos y la liberación de la líder opositora Aung Sang Suu Kyi.
AGRESIÓN: 1998 RECUERDO
En septiembre de ese años los soldados mataron a tiros a cerca de 3,000 personas, entre ellas a un buen puñado de monjes.