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Sor Encarnación Monerri fue la fundadora de está casa en 1949, que desde sus inicios trabajó por el bien de los pobres.  |
La luz traspasa delicadamente por las veraneras y enredaderas que hay dentro de los patios y pasillos del Hogar Monerri, creando en este sitio un ambiente de paz.
En la llaneza del silencio, trabajan en este lugar ubicado en Calle 22, El Chorrillo, la Compañía de las Hermanas de Caridad de San Vicente de Paul, quienes desde 1949 ayudan al más necesitado que busca entre estas paredes, un consuelo.
Sor Margarita Alberto explicó a Crítica que esta obra se dedica al servicio de pobres.
Indicó que dentro del Hogar Monerri laboran cinco hermanas que de lunes a viernes atienden a indigentes en los desayunos y almuerzos.
Resaltó que cuando es necesario se ha socorrido a algunos necesitados que han estado sumamente enfermos, por lo que los han llevado a hacerse los exámenes médicos. Añadió que esta actividad se hace cuando se puede porque las medicinas "están muy caras".
CAMBIO DE VIDA
Los cambios son notables en los señores que visitan Monerri. Sor Margarita dijo algunos han dejado el vicio del aguardiente, aunque admitió que hay quienes aún se mantienen rebeldes. Entre los ejercicios para el alma que se efectúan, está el rezo del Rosario de la Misericordia y el de la Santísima Virgen. Afirmó que se les administra a su vez la catequesis. El alimentar al que le falta el sustento es otra de sus premisas. La hermana agregó que atienden a un grupo de 120 personas todos los jueves a los que se les da una bolsa con víveres.
"Vamos todas las semanas a recoger y lo que nos dan se distribuye el jueves", aseguró.
Precisó que el último jueves del mes se les suministra una bolsa un poco más grande, por lo que deben comprar algunos de los productos para que alcance por lo menos ocho días.
Esta labor necesita de la ayuda de gente deseosa y preocupada por el prójimo, por lo que si desea colaborar pueden comunicarse con Sor Catalina Delgado, que es la responsable de esta casa, donde el más pobre encuentra alimento para el cuerpo y el espíritu. |
