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Versiones dispares en Chile sobre salud de Pinochet
Agencias
Internacionales
La prensa chilena no parecía ponerse de acuerdo el martes sobre si el anciano ex dictador Augusto Pinochet goza de buena salud, está mal, o más o menos. El estado de salud de Pinochet, de 83 años, es el caballo de batalla del gobierno del presidente Eduardo Frei para intentar la repatriación del general retirado, detenido desde hace 11 meses en Londres a pedido de un juez español. Una portavoz de la Fundación Pinochet confirmó a Reuters los informes atribuidos a médicos militares chilenos, según los cuales preocupa la salud del actual senador vitalicio. "Riesgo de infarto", dijo el vespertino La Hora en grandes caracteres, junto a una fotografía de Pinochet vestido de civil y mirando hacia abajo en actitud reflexiva. El diario Las Ultimas Noticias tituló en cambio que, según médicos británicos, "Pinochet está sano". Mientras, en Nueva York, donde se celebra la 54 asamblea general de las Naciones Unidas, el canciller Juan Gabriel Valdés entregó a su colega británico, Robin Cook, un inventario de tres páginas de los males que afligen al ex dictador. Tras llegar a Santiago procedente de Londres, el senador derechista Mario Ríos añadió su propio diagnóstico. "Una persona que tiene ya esa edad y con los problemas que todos conocemos, sin duda alguna puede tener un momento fatal en cualquier momento", dijo Ríos a los periodistas. El Mercurio, el diario de mayor circulación, dijo que el ex militar padece de "adenoma prostático benigno" y de "diabetes mellitus". Por eso, Pinochet sufrió "cuadros de descompensación diabética que, desde hace varias semanas, le producen mareos y ligeros desvanecimientos", explicó. La Hora citó a "altas fuentes diplomáticas", confirmando que los exámenes de médicos chilenos son "coherentes" y que la diabetes, sumada a problemas coronarios, genera "condiciones peligrosas para su edad". Según varios medios de prensa locales, un neuropsiquiatra y un urólogo del ejército volaron a Gran Bretaña para examinar al hombre que lideró el golpe militar de 1973 e instauró un régimen de mano dura en Chile durante los siguientes 17 años. La justicia española pretende extraditar y procesar al general por los crímenes cometidos en Chile durante sus casi dos décadas en el poder. El gobierno chileno considera que España y Gran Bretaña están violando su soberanía y no tienen derecho a juzgarlo. El tema, dicen, será llevado ante el tribunal internacional de La Haya. Grupos de derechos humanos denunciaron más de 3.000 muertes por culpa de la violencia política durante el régimen militar, que terminó en 1990.
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