Paramilitares colombianos disparan alertas en Panamá
Redacción
Crítica en Línea
Carlos Castaño Gil puso en jaque hace una semana a los estamentos de seguridad de Panamá. El jefe de las paramilitares Autodefensas Campesinas de Córdoba y Uraba (ACCU) declaró como objetivos miltiares a los miembros de los policías panameños que supuestamente colabiran con las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC). En Colombia el apellido Castaño mete miedo. Carlos, de 35 años, conocido también bajo los apodos "Alex y "Monoleche", y su hermano Fidel, "Rambo", crearon hace 18 años los grupos de ultraderecha conocidos como autodefensas, para vengar el secuestro y asesinato de su padre Jesús Castaño, por parte de las FARC, el 19 de septiembre de 1981 Los Castaños son oriundos de Amalfi (Antioquia). Tienen bajo sus órdenes 5,000 hombres, que operan en 25 departamentos colombianos. Las grupo paramilitares se originaron en la década del ochenta, cuando los capos del Cartel de Medellín constituyeron el grupo Muerte a Secuestradores (MAS), a raíz del secuestro de Martha Nieves Ochoa, hermana de los integrantes del Clan Ochoa. Los ataques y secuestros de la guerrilla a ganaderos también influyó en la conformación de los paramilitares, que llegaron a ser entrenados por militares británicos e israelíes retirados. Reportes de la prensa colombiana resalta que Carlos Castaño se crió a la sombra de su hermano mayor, Fidel, un hombre que primero se dedicó a la ganadería y a negocios ilícitos. Fidel invirtió sus ganancias en tierras, e hizo millonarios a su madre y a sus once hermanos, nueve de los cuales fueron asesinados por la guerrilla. Pablo Escobar Gaviria torturó y asesinó a dos de los socios, Fidel, quien respondió dinamitando los lujosos escondites del capo del Cartel de Medellín e integró el grupo los PEPES, perseguidos por Pablo Escobar, que fue clave para ubicar al jefe narcotraficante. El "Rambo" Fidel Castaño desapareció en 1994, quizás en la selva de Darién. En 1991 se le había condenado a 20 años de prisión. Fidel ha sido relacionado con al menos cinco cuatro masacres: Mejor Esquina (28 personas asesinadas el 4 de marzo de 1988), Puerto Bello (42 asesinadas en 1988), El Tomate (15 personas asesinadas el 30 de agosto de 1988), y Puerto Bello (43 víctimas el 13 de enero de 1990). Carlos Castaño heredó la fortuna y guerras de su hermano. Creó las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, una ramificación del grupo paramilitar conocidos como "Tangueros", nombre adoptado en honor a un rancho propiedad de Fidel. El comandante de las Autodefensas tiene un ejército que se visten uniformes azules y utilizan gorras de béisbol con las siglas "ACCU". La organización cuenta con un Estado Mayor y hasta una página en Internet. La vida de Castaño es la guerra. El 28 diciembre de 1998, el frente José María Córdoba, de las FARC, reportó que había dado de baja a Carlos en su cuartel general, en el Nudo de Paramillo, pero luego se desmintió la versión. En una reciente entrevista con la revista "Semana", Carlos Castaño dijo que ha sido contrario al intervencionismo militar extranjero, pero si las cosas se agravan en Colombia, siempre es mejor estar al lado de los gringos que de las Farc. Si es del caso y se presenta la intervención, y es para no quedarse, bienvenida la intervención. Castaño no le queda la menor duda de que finalmente Estados Unidos actuarán ante le economía narcotizada que existe en Colombia. Van intervenir acá. En lo referente a Panamá, Carlos Castaño envió el 13 de septiembre un fax al jefe policial carlosBarés, en el que denunciaba que algunos comandantes de la Fuerza Pública se embriagan y departen alegremente con el jefe del Frente 57 de las FARC, conocido como "Rigo". También afirma que la guerrilla colombiana mantienen un campamento de avanzada en territorio panameño y que las FARC trafican armas y dorgas en la frontera bajo la mirada impacible y cómplice de la Policía Nacional. El obispo de Darién, Rómulo Emiliani dijo que el país debía rechazar las amenazas de paramilitares y guerrilleros. El prelado cuestionó la crueldad de los paramilitares, que matan a los colaboradores de las FARC descuartizándolos con motosierras, delante de sus familiares. Emiliani reveló esta semana que los paramilitares colombianos tienen una lista negra de panameños que negocian con la guerrilla y advirtió la necesidad de invertir en seguridad para mantener la frontera controlada. Debemos garantizar un país tranquilo y seguro, de lo contrario puede venir el caos social y la industria del secuestro, lo que ahuyenta las inversiones y puede dar margen a una intervención estadounidense. La Policía debe poner orden en Darién, si eso no se da la inseguridad se va a extender a todo el país y que fácil es en Panamá secuestrar personas. Esto no es jugando, la industria del secuestro le produce millones de dólares a los paramilitares y guerrilleros. Ningún grupo de esos debe entrar a Darién y el que lo haga tendrá que recibir las consecuencias. No quiero muertos, pero ellos deben respetar a Panamá, sostuvo el obispo. El prelado manifestó que no se debe tener armar a la Policía y no pensar en golpes de Estados.
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