Es tan noble que en un pequeño espacio la puedes sembrar y en poco tiempo te da para cosechar.
Pero la bondad de la papaya no llega hasta allí, pues por si no lo sabías, la fruta tiene tantos usos en la medicina, que algunos han atinado en llamarla la fruta maravilla, por algunas de estas razones:
La papaya es una fuente muy importante de vitamina C, así como de provitamina A.
La vitamina C interviene en la formación de colágenos, huesos, dientes y glóbulos rojos, además favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones.
La vitamina A es esencial para la visión, el buen estado de la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Es una buena fuente de fibra, que mejora el tránsito intestinal.
Contiene pequeñas cantidades de una enzima, la papaína, que ayuda a digerir las proteínas.
No tires las semillas, si no te gusta su sabor amargo y picante, sécalas y úsalas como pimienta.
Las enzimas de la papaya limpian tus intestinos y remueven los residuos de proteína.
Contribuye a que el cuerpo produzca más arginina, un aminoácido esencial que activa la HGH, una hormona de crecimiento que es importante para el rejuvenecimiento de las células y para la reconstrucción de células en el hígado, los músculos y los huesos.
La mayor parte de las enzimas se encuentran en la pulpa de la papaya verde y en las semillas de la papaya madura.
La papaya está muy recomendada para aquellas personas que tienen dificultades en digerir las proteínas o las grasas.