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Aunque como individuos deseemos tener un comportamiento sexual responsable y mantener abstinencia sexual o exclusividad sexual mutua al 100 por ciento, la sociedad determina lo contrario.
Las instituciones que tradicionalmente actuaban como estabilizadoras sociales, la escuela y la iglesia han perdido su fuerza. La falta de estructuras en las cuales creer, ocasiona en los individuos desesperanza y aumentan sus niveles de frustración.
Se ha incrementado el número de familias disfuncionales y la situación económica de cada una y la sociedad como un todo se deteriora.
A los hombres desde temprana edad se les impulsa a iniciar la vida sexual y se mide la hombría por el número de mujeres que haya tenido. Y si desea mantenerse virgen o casto, se le tildará de “raro”.
Las mujeres no se sienten con derecho de solicitarle a su pareja que use preservativo aunque sepan que éste mantienen relaciones sexuales con otras personas.
Los medios de comunicación y la música, todos exaltan la sexualidad y erotizan las relaciones. Existe la idea común que un hombre no puede ser amigo de una mujer.
Las actividades deportivas y festivas se asocian al consumo de alcohol que desinhibe y disminuye el discernimiento facilitando que uno incurra en comportamientos de riesgos.
La pobreza, el desempleo, la educación no afectiva, que generan frustración colectiva aumenta la vulnerabilidad y la necesidad de buscar vías de escape como lo son las relaciones sexuales que pueden transmitir enfermedades y producir embarazos no deseados.
Existe una doble moral que por un lado condena las relaciones sexuales promiscuas y por otro, acepta el comercio sexual, así como con los “segundos y terceros frentes”. El problema no es la amplitud moral que evita la discriminación de las personas que están en estas condiciones, sino que la sociedad refuerza comportamientos de riesgo, como lo es el contacto sexual no protegido con múltiples parejas.
Pero la sociedad también puede proteger y apoyar los comportamientos sexuales responsables. Se deben crear ambientes saludables donde los jóvenes puedan interaccionar entre sí, y actividades deportivas frecuentes sin alcohol, cigarrillos u otras drogas de por medio.
Se deben establecer relaciones de pareja con equidad, y superar roles del pasado, reconociendo la igualdad de derechos de hombres y mujeres, validando a los hombres fieles y exaltando el derecho de la mujer de poner límites.
Debemos preparar a nuestras nuevas generaciones para resistir las dificultades de la vida y afrontarlas evitando conductas de negación y evasión.
Es una responsabilidad de todos, pues mientras que no afrontemos los determinantes sociales que perpetúan la epidemia de VIH/SIDA esta continuará. Más allá de los intereses personales o económicos, debe prevalecer el bienestar de la sociedad en que vivimos.
Reflexionemos acerca de forma en que nuestra sociedad favorece que continúe la epidemia de VIH/SIDA, y tratemos de ser agentes de cambio.
PREGUNTA LO QUE QUIERAS
¿Cuánto tiempo deben durar los noviazgos?
MELISSA, 25 AÑOS, ARQUITECTA.
Esa decisión es muy personal y dependerá básicamente de cada pareja de novios. Lo principal es que del noviazgo no se salte a otra fase de la vida, ya que se podría quemar etapas muy fácilmente y aburrirse.
A continuación te daremos algunas recomendaciones del Premio Planeta José Luis Olaizola, quien dice que es correcto planear y adquirir lo necesario para llevar una vida familiar digna, pero esto no debe ser el pretexto para retrasar un compromiso.
Según Olaizola, se está volviendo a poner de moda el que la gente se case, pero dentro de la línea de la sociedad de consumo, lo que trae como consecuencia el que muchos se casen tarde y mal. No es insólito el que se oigan comentarios de este porte: «¡Quién lo iba a decir! después de catorce años de noviazgo, se casan y al año se separan. No será porque no tuvieron tiempo de conocerse». Por supuesto, tuvieron tiempo de conocerse y de aburrirse de tanto conocerse.
Cada caso es independiente, pero el más frecuente, hoy en día, es que los novios necesitan tener tantas cosas para casarse, que cuando las consiguen ya no les quedan fuerzas para lo principal: Quererse, crear una familia, educar a los hijos y educarse ellos mismos en perseverar el amor.
Los noviazgos se alargan tanto se demoran los matrimonios, porque hoy en día los contrayentes entienden que el cariño, para que no se marchite, debe estar debidamente enmarcado; piso, coche/s, televisor, vídeo y más.
Antes los noviazgos eran más cortos y más controlados. No digo que saliéramos con carabina, pero tampoco se nos daban tantas facilidades. Ahora esos noviazgos tan largos, con salidas nocturnas hasta altas horas de la madrugada, con viajes colectivos en los que no por eso, las parejas dejan de estar individualizadas... En fin, qué le voy a contar que usted no sepa. |
