El enorme huracán Iván llegó la madrugada del jueves a tierra con vientos de 209 kilómetros por hora (130 millas por hora), y provocó mortíferos tornados, poderosas olas y lluvias que amenazaron con inundar poblaciones desde el estado de Luisiana hasta la región noroeste de la Florida.
Hasta ahora, Iván ha causado al menos 12 muertos. Para millones de residentes de la costa del Golfo de México que pasaron la noche atemorizados, lo peor estaba aún por llegar: se esperaban hasta 38 centímetros (15 pulgadas) de lluvia y oleajes de hasta casi cinco metros.
"Recen, recen, recen para que tenga algún lugar a donde ir cuando me vaya de aquí", expresó Betty Singler, que se encontraba evacuada en un refugio de Alabama. "Vamos a ver qué sucede por la mañana".
La tormenta se debilitó al desplazarse por el continente, pero continuaba siendo un huracán de categoría uno y soplaba vientos de 129 kph (80 mph) cuatro horas después de haber tocado tierra.
En su camino, Iván dejó sin electricidad a cientos de miles de personas, derribó árboles, arrancó tejados y semáforos. En la ciudad costera de Gulf Shores, azotada por el ojo del huracán, explotaron varios transformadores eléctricos.
"Nunca hemos visto un huracán de este tamaño en Alabama", manifestó el gobernador Bob Riley, que pidió al presidente George W. Bush que declare al estado área de desastre para recibir fondos de ayuda federal.
Dos personas murieron y más de 200 viviendas resultaron dañadas con el paso de por lo menos cinco tornados en el condado Bay del estado de la Florida.
En su paso por el Caribe el huracán mató a por lo menos 68 personas en cinco países de la región.