La Cámara de Representantes de EE.UU., bajo control republicano, aprobó la construcción de un doble muro de 1, 125 kilómetros de largo en la frontera con México, tras un agitado debate sobre la inmigración ilegal.
La medida, aprobada con 283 votos a favor y 138 en contra, pasa ahora al Senado, donde muchos republicanos -divididos sobre el asunto- ya habían aprobado en mayo pasado un proyecto de reforma migratoria integral.
El debate y votación del proyecto reflejó las continuas divisiones entre demócratas y republicanos sobre cómo frenar el flujo de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
La medida de mano dura contra la inmigración ilegal incorpora la mayoría de los elementos del proyecto de ley del republicano James Sensenbrenner, que fue aprobado por la Cámara de Representantes en diciembre pasado por 260 votos a favor y 159 en contra.
Esa versión, que movilizó a la comunidad inmigrante, tenía que ser armonizada con la que aprobó el Senado en mayo.
No obstante, debido a una pugna partidista los legisladores nunca programaron la armonización bicameral de la reforma migratoria y los republicanos volvieron a insistir en una medida centrada únicamente en el control de las fronteras.
Durante el debate, que evocó recuerdos de uno similar realizado en diciembre pasado, los republicanos insistieron en que el Gobierno de EE.UU. tiene la obligación, antes que todo, de fortalecer la seguridad en sus fronteras.