La fiebre de los metales afecta a los usuarios del Cementerio Municipal de La Chorrera, donde recientemente unas 13 bóvedas fueron vandalizadas, ante la falta de seguridad.
Juan Antonio Pérez Barahona, dijo que el sábado en la tarde fue a visitar la tumba de su esposa, "toda enlodada, con los vidrios rotos, pudiendo contactar alrededor más de 8 tumbas en las mismas condiciones".
Para el señor Barahona el problema fundamental del cementerio, es que no cuenta con celadores, ni tampoco tiene luz en el área donde resposan los difuntos, lo que facilita que personas inescrupulosas se salten la cerca para hurtar metales, santos y hasta consumir droga.
Emilio Alfonso Marciaga, quien solo tiene un mes en el cargo como administrador del cementerio, dijo que el lunes cuando llegó al trabajo se dio cuenta que habían unas 13 tumbas vandalizadas.
Marciaga señaló, que ya ha girado nota al alcalde, Luis Guerra, para ver la posibilidad de que se nombre un celador y también se coordine el acceso a las personas que van a buscar trabajos en el cementerio, a través de carné.
Otro de los problemas que confronta el cementerio, son los rituales satánicos que se dan dentro del Campo Santo, como el de una mujer que entró en días pasados y encontró sobre una tumba, una gallina negra con una cinta roja en el pezcueso, dos bikini y dos brasieres.