El alto precio de los repuestos, los costos de mantenimiento y el aumento del diesel han arrinconado a los transportistas de algunas rutas de buses como los de la piquera de Veranillo, en San Miguelito, que ahora sólo viven del recuerdo de las buenas épocas cuando se llenaban los bolsillos de dinero.
Alexis Miranda, uno de los conductores de esta área, indicó que el costo del diesel los está matando lentamente y los estrangula económicamente, hasta el punto que en Veranillo y en otras similares del distrito, se pueden ver muchas unidades paradas por falta de repuestos.
En los últimos 24 años han registrado pérdidas por alrededor del 50 por ciento en sus ingresos. Desde 1982 hasta el 2001 el pasaje subió 5 centavos; de esa fecha hasta ahora solamente aumentó 10 centavos hasta completar el precio actual de 25 centavos.
"Nadie dice nada sobre los repuestos como los cigüeñales, el diferencial, el tornillo de centro y el mantenimiento de los motores que han subido más de la mitad durante los últimos años", se quejó el conductor de los populares "diablos rojos".
Miranda, que es el más antiguo representante de esta piquera, informó que la reparación de un motor cuesta aproximadamente B/.2, 050.00 y frecuentemente este trabajo se hace cada dos años para garantizar un servicio adecuado a sus usuarios.
DEUDA DE NUNCA ACABAR
Por su parte, el transportista Tristán A. Cajar explicó que antes daba seis vueltas y llevaba mil pasajeros; ahora, debido a los tranques, solamente hace tres vueltas y lleva alrededor de 350 pasajeros, lo que obviamente ha bajado sus ganancias.
Cuando las cosas estaban buenas, este conductor solicitó un préstamo a una financiera en el año 2000, que le dio 44 mil balboas para comprar un vehículo nuevo. Cuando había pagado 35 mil, tuvo que cambiarse al Banco Nacional de Panamá porque en la financiera no bajaba el monto de su deuda y los intereses eran muy altos.
"En el 2002, cuando empezaba la crisis, esta institución me hizo un préstamo de 16 mil balboas que he pagado en una mensualidad de 330 balboas durante 48 largos meses que se convirtieron en mi peor pesadilla", anotó.
Para cumplir con el BNP, Cajar trabajó incansablemente por más de cuatro años durante 12 horas diarias para pagar con puntualidad las letras acordadas con los representantes de créditos, que finalmente quedó saneado este año.
Según el experimentado conductor de "diablos rojos", el pasado 30 de agosto pudo respirar libremente luego de hacer el último pago de su deuda ante las ventanillas de la mencionada entidad bancaria.
"Pero el negocio está desmejorando cada vez más; no sabemos cómo terminará esta situación. Esperemos que con el nuevo proyecto metropolitano tengamos algún nivel de participación", subrayó.
ALTOS COSTOS
Los transportistas se quejan que las cosas han cambiado y que prácticamente todo ha subido de precio, lo cual les dificulta mantenerse al trote con lo que ganan y con lo que deben invertir para ofrecer un mejor servicio.
Algunos esperan tener participación en el proyecto metropolitano.