La iglesia estaba llena de gente que rezaba para que el "bulldog de Begren" le ganara al invencible Max Baer. El escenario, Estados Unidos en plena época de la depresión.
El protagonista, el boxeador James Braddock (Russell Crowe), quien retorna al mundo boxístico por la simple necesidad de llevar leche a las bocas de sus tres hijos. El resultado, el inesperado campeonato mundial de boxeo y un exitazo de crítica para Ron Howard, quien se arriesgó para perder en las taquillas con este filme.