EDITORIAL
Hugo Spadafora
Los sucesos que se registran en el país en torno a la Caja del Seguro Social, casi hacen que uno de los crímenes más horrendos que registra la historia panameña, pase desapercibido.
Hace 18 años, una organización militar denominada F-8 detuvo y decapitó al médico internacionalista y exviceministro de Salud, Hugo Spadafora Franco. A partir de ese hecho comenzó a derrumbarse el régimen castrense.
El 13 de septiembre de 1985, el cadáver de Spadafora fue encontrado en el poblado costarricense de El Roblito, cerca de la frontera con Panamá, a 15 kilómetros de La Concepción, donde había sido visto con vida por última vez.
Ese asesinato estremeció los cimientos de la sociedad panameña y levantó una ola de protestas en todo el país, por la forma en que fue mutilado el cuerpo y desaparecida la cabeza, algo nunca antes registrado en el país.
Tras la invasión norteamericana, 10 militares, entre ellos, el depuesto general Manuel A. Noriega fueron llamados a juicio. Al final, sólo fueron condenados a 20 años Noriega, Francisco González Bonilla, y Julio César Miranda.
Hugo Spadafora estudió en Italia, combatió en Guinea Bissau junto a Amílcar Cabral y formó la brigada Victoriano Lorenzo que junto a los sandinistas, se enfrentó a la dictadura del presidente de Nicaragua, Anastasio Somoza, luego se distanció de los sandinistas y formó parte de los contras nicaragüenses. Hugo Spadafora debía cumplir este mes 63 años, las Fuerzas de Defensa le arrebataron la vida.
La juventud debe conocer que este brutal asesinato fue uno el inicio de la caída de la dictadura militar y fue el paso para que el pueblo se organizara para reclamar justicia, democracia y libertad.
Lo sucedido al régimen castrense revela que los gobernantes no deben abusar del poder, sino que deben respetar el Estado de derecho y preservar una democracia, donde todos libremente y de manera pacífica puedan expresar sus puntos de vista.
PUNTO CRITICO |
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