Hay gente que se la pasa todo el día rascándose la cabeza. No saben qué les pasa, pero lo cierto es que los piojos se los están comiendo y no se ha dado cuenta.
El contagio de estos bichitos se produce por contacto directo, ya sea con otra persona infectada o con un objeto tal como un peine, toalla o prenda de vestir que porte un piojo adulto. Los piojos prosperan y se esparcen cuando la gente trabaja y vive en estrecha proximidad una de otra, en particular cuando el lugar no está limpio y los objetos y ropas personales se comparten. El jardín de infantes y la escuela son una fuente común de contagio, pero también en las oficinas públicas y privadas.
Si usted ha visto a cualquier moñón en su trabajo ojo que esos bichitos saltan bien alto y puede que le caiga uno, pues éstos pueden observarse a simple vista en la cabeza.
Si aún no conocen a los piojos, sepa que ellos son una de las diferentes especies de parásitos que, probablemente, sólo puedan sobrevivir alimentándose y reproduciéndose sobre un huésped humano.
Estos insectos son de 1 milímetro de largo. Se esconden entre la ropa de vestir o de cama y habitan y se crían en el pelo. Muerden el cuero cabelludo para alimentarse de sangre y su saliva produce una intensa picazón que es el principal síntoma, por ello la importancia de visitar a un médico de inmediato o visitar cualquier farmacia donde pueda adquirir champús y jabones capaces de matar a los piojos. |