|
EDITORIAL
El pandillerismo estud iantil y los derechos humanos
Estudiantes del Colegio de Artes y Oficios y del Instituto Tomás Gabriel Duque protagonizaron nuevas reyertas que produjeron choques con fuerzas antidisturbios de la Policía Nacional, trayendo como consecuencia, heridos, arrestos y el congestionamiento vehicular en el área del Hospital del Seguro Social y la Universidad de Panamá.
Como ya nadie hace caso de las advertencias y prohibiciones emanadas del Ministerio de Gobierno y Justicia, los desórdenes se extendieron a varias zonas, siendo afectados los automovilistas que transitaban por la vía Transístmica y la gran cantidad de establecimientos comerciales que están en esa ruta.
Es lamentable la falta de respeto de los manifestantes a las autoridades, pero son tantos los amagos y la poca efectividad de la Policía Nacional que nadie toma en serio las disposiciones legales vigentes sobre el comportamiento que deben tener los que realizan manifestaciones públicas. En cuanto a los choques entre estudiantes de diferentes colegios es deplorable que no canalicen sus esfuerzos en tareas más constructivas e irracionalmente opten por la violencia, lo que no les deja ningún beneficio y contrario a sus intenciones, siembran el luto y el dolor en la familia panameña.
Una gran mayoría de nuestro personal educando se degrada con estas acciones porque en vez de encausar esas energías para torneos de oratoria, cultura, deportes, ciencia y tecnología, desperdicien su tiempo en agredirse mutuamente sin sacar ningún provecho de esa situación. Reiteramos, el estudiante panameño se degrada cuando sin sentido apela al insulto y a la desobediencia civil, a sabiendas que estas acciones no le rinden ningún beneficio y lo que hacen es proyectar una imagen que no hemos superado el tiempo de las cavernas. Los padres y madres de familia tienen también gran responsabilidad en el comportamiento de sus acudidos porque unas veces son demasiados tolerantes y otras actúan como modernos celestinos que encubren lo que hacen sus hijos a sabiendas de que están cometiendo hechos punibles y anomalías que merecen sanciones ejemplares.
La Policía Nacional está entre la espada y la pared. Si sofocan manifestaciones la tildan de represiva y que quiere vivir los tiempos de la dictadura, si en caso contrario es flexible la califican de débil y poco eficaz para controlar disturbios. Y cuando procede a detenciones masivas por disturbios ocasionados, salen de una vez los derechos humanos, el defensor del pueblo y todos los familiares hasta la quinta generación. Es algo así como "palo porque boga y por que no boga".
|
PUNTO CRITICO |
 |
|