Es fácil darnos cuenta que muchas personas que no responden a los cánones de belleza y atractivo físico aceptados por la sociedad, pueden tener un encanto personal y una capacidad de seducción mucho mayor que otros, bellos en apariencia, pero sosos o antipáticos en el trato.
Cada uno de los que viven en este planeta tienen la oportunidad de pulirse y mejorar tanto en apariencia como en comportamiento, para eso fueron inventadas ciertas reglas de urbanidad que rigen a la humanidad, los gestos y la postura que adoptamos en público dará mucho de que hablar de lo que somos y el grado de conocimientos que tengamos de las mismas reglas.
AL ANDAR
Caminar con elegancia: es uno de los atributos fundamentales de una persona con estilo. Produce una imagen negativa ver a algunas personas caminando con los hombros caídos, el cuerpo echado hacia delante, con zancadas demasiado largas o con otros vicios gestuales. Cuando ande, hágalo con resolución. Usted debe dar siempre la sensación de que se dirige a un destino concreto. La postura de nuestro cuerpo debe tender siempre a la comodidad y a la tranquilidad. De modo que transmita una imagen sin tensiones ni rigideces (olvidarse de los "tics").
AL SENTARSE
El estilo se pone también de manifiesto al sentarse; como norma general, y salvo situaciones de mucha confianza, no debemos hundirnos en la silla. Lo correcto es mantener la espalda recta contra el asiento. Muchas unen instintivamente sus rodillas al sentarse, sobre todo si llevan faldas cortas. En todo caso tanto hombres como mujeres, deben evitar cruzar las piernas con posturas muy aparatosas o enseñando a los demás la suela de sus zapatos.