En medio de la apatía generalizada, que incluso atenuó las denuncias por las flagrantes irregularidades, Egipto celebró los primeros comicios presidenciales de su historia.
El actual jefe del Estado, Hosni Mubarak, es el favorito para obtener un quinto mandato consecutivo.
Los 32 millones de electores inscritos debían votar en 9.865 oficinas, repartidas en 26 provincias, para elegir a uno de los 10 candidatos.