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Varios helicópteros artillados rusos han sido derribados últimamente en Chechenia  |
La guerra de Chechenia desató ayer una purga sin precedentes en el alto mando de las Fuerzas Armadas rusas, con el retiro forzoso de un general, la amonestación de siete más y la expulsión del ejército de un número indeterminado de oficiales.
El ministro de Defensa, Serguéi Ivanov, firmó las sanciones tras el descalabro sufrido el mes pasado, cuando un misil de los rebeldes separatistas derribó un helicóptero en Chechenia y causó la muerte de al menos 121 militares.
Uno de los generales castigados es Nikolái Kormíltsev, hasta ayer brazo derecho del propio Ivanov. Ivanov anunció que firmó la orden de expulsión del ejército de un número indeterminado de oficiales y la amonestación en su hoja de servicios para al menos ocho generales, tras el fin de la investigación sobre la tragedia del pasado 19 de agosto.
Un misil ruso "Strelá" (flecha) lanzado por la guerrilla derribó un helicóptero Mi-26, que cayó en un campo minado junto a la base de Jankalá, cerca de la capital chechena, Grozny.
Considerado el mayor helicóptero del mundo y con capacidad para transportar hasta 82 personas, el Mi-26 estaba ocupado en ese momento por entre 148 y 154 personas. El último número oficial de víctimas difundido elevó el trágico saldo a 119 muertos, pero nuevos datos facilitados ayer mismo aumentaron la cifra a 121. |