Panamá
pide revisar los gastos, intervenciones y gerencia de la ONU

Agencias
Internacionales
El vicepresidente
panameño Arturo Vallarino pidió ayer una reforma
del Consejo de Seguridad, la revisión de las intervenciones
armadas del organismo mundial y analizar los aportes de algunos
países que adeudan sus cuotas.
Vallarino dijo que es imperativo "diferenciar las operaciones
para el mantenimiento de la paz conforme a la Carta de las Naciones
Unidas, y las intervenciones en conflictos internos que no constituyen,
necesariamente, una amenaza para la paz en la región''.
Pidió además que sea analizada a fondo en esta
Asamblea General "no sólo la escala de contribuciones
y las morosidades, sino también la forma en como esas
operaciones son planteadas, ejecutadas y pagadas''.
Vallarino insistió que mientras los miembros de la
organización mundial "no manejemos claramente estos
asuntos, y las naciones más pudientes no cumplan con sus
obligaciones, las Naciones Unidas corren el peligro de incurrir
en omisiones y en excesos que terminaremos lamentando por mucho
tiempo. Lo que acabamos de expresar como legítima preocupación
debe hacernos mirar más hacia la prevención de
conflictos''.
El vicepresidente panameño pidió que sea reformado
el Consejo de Seguridad, "adaptándolo a las exigencias
y realidades de hoy. Con anterioridad, Panamá ha expresado
su apoyo a la iniciativa de otros países que consideran
que con el tiempo se ha venido desvirtuando el espíritu
original de la Carta, que impone a los miembros del Consejo de
Seguridad la obligación de actuar en su seno en representación
de los intereses generales de la comunidad internacional y no
en función de sus exclusivos intereses estratégicos
militares o políticos''.
Por último, Villarino insistió que la mora en
el pago "de obligaciones por algunos Estados miembros deje
de ser utilizada como instrumento de presión para lograr
objetivos particulares''. en alusión especial a Estados
Unidos, que adeuda más de 1,000 millones de dólares
en cuotas atrasadas al organismo mundial. El Congreso norteamericano
se niega a aprobar esas partidas como forma de presionar a la
ONU para que reforme sus gastos y su burocracia.
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