Los padres de Danielle Duval, una niña británica de 11 años, tomaron medidas extremas para mantenerla localizada a través de un microchip en su brazo, que permitirá trazar sus movimientos en caso de que sea secuestrada.
El chip enviará una señal a través de una red de telefonía móvil a una computadora, lo que permitirá señalar la localización de la pequeña en un mapa electrónico. Los padres, Wendy y Paul Duval, tomaron esta drástica decisión después del asesinato de las pequeñas Holly Wells y Jessica Chapman. |